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El bienestar escandinavo, que ofrece beneficios similares a los que se obtienen de practicar ejercicio con frecuencia, es una experiencia placentera para tu salud

El deleite escandinavo que resulta tan beneficioso para tu salud como el ejercicio constante.

Explora la costumbre más profunda en la tradición nórdica, la cual provoca efectos muy favorables en el organismo y en el bienestar general.

La práctica de entrar en saunas, con siglos de historia en los países del norte de Europa, se ha vuelto objeto de interés por sus ventajas que se asemejan a las de la actividad física habitual.

En Finlandia, donde se originó esta costumbre, hay una sauna por cada dos habitantes, reflejando su importancia cultural. Lo que antes se consideraba únicamente como una forma de relajación ha encontrado respaldo en investigaciones científicas que evidencian sus efectos positivos en la salud del corazón y el metabolismo.

Un análisis realizado por la Universidad de Finlandia Oriental en 2015 examinó a 2,315 hombres de entre 42 y 60 años durante dos décadas. Los hallazgos indicaron que los que disfrutaban de saunas casi todos los días disminuían su probabilidad de sufrir un ataque al corazón mortal en un 50%, comparado con aquellos que solo lo hacían semanalmente o menos. Además, estudios recientes mencionados por The Telegraph sugieren que pasar media hora diaria en calor puede ser una herramienta útil contra la obesidad relacionada con la edad y la resistencia a la insulina, especialmente en mujeres mayores.

Asimismo, el uso frecuente de saunas se vincula a una menor incidencia de demencia y accidentes cerebrovasculares. Investigaciones muestran que quienes usan saunas varias veces a la semana tienen un 66% menos de probabilidades de recibir un diagnóstico de demencia; otro estudio evidenció una disminución del 61% en el riesgo de sufrir un derrame cerebral.

Si bien las saunas aportan beneficios al sistema cardiovascular, no sustituyen la importancia del mantenimiento de una buena masa muscular.

Uno de los factores que contribuyen a estos efectos favorables está relacionado con las proteínas de choque térmico (HSPs, en inglés). Estas proteínas se generan cuando el organismo está expuesto a temperaturas elevadas, provocando alteraciones metabólicas a nivel celular y optimizando procesos complejos del sistema cardiovascular y del sistema inmunológico. Según el doctor Mike Hoaglin, estas proteínas podrían desempeñar un papel en la disminución de la atrofia muscular y en la prevención de enfermedades como el Alzheimer, además de estar conectadas con una mayor esperanza de vida.

Además, una de las propiedades de la sauna es su capacidad para incrementar la producción de melatonina, una hormona crucial para un sueño reparador, que a su vez impacta en diversos aspectos del bienestar tanto físico como mental. También se ha registrado que el uso regular de saunas potencia la sensibilidad a la insulina, un elemento clave en la prevención de la diabetes tipo 2, tal como señala un estudio del National Center for Biotechnology Information (NCBI).

Otro beneficio que ofrecen las saunas es la reducción de los niveles de cortisol, una hormona que está asociada al estrés. Por otro lado, en términos de beneficios cardiovasculares, el uso de la sauna puede ser comparable a los efectos de un ejercicio aeróbico de intensidad moderada, lo que la hace una opción interesante para aquellas personas que enfrentan problemas de salud y no pueden participar en actividades físicas más exigentes. Sin embargo, aunque las saunas brindan importantes ventajas para el sistema cardiovascular, no reemplazan la importancia de mantener una masa muscular adecuada, fundamental para evitar la osteoporosis y prevenir caídas en la vejez.

Para aquellos que ya realizan actividad física, las sesiones de sauna después del entrenamiento pueden ser efectivas para facilitar la recuperación muscular, incrementar la fuerza, mitigar la inflamación y mejorar la resistencia. Estas ventajas están vinculadas a la elevada producción de la hormona del crecimiento humano (HGH), que juega un papel crucial en la preservación de la masa muscular y ósea, elementos esenciales para un envejecimiento saludable.

Otro beneficio destacado de las saunas es su capacidad para disminuir los niveles de cortisol, una hormona asociada con el estrés. Si bien el cortisol tiene su utilidad en situaciones de peligro, niveles elevados de forma continua pueden incrementar la probabilidad de desarrollar problemas de salud, tales como el aumento de glucosa en sangre y el debilitamiento del sistema inmunológico.

¿Cómo iniciar?

Para quienes desean aprovechar las ventajas de la sauna, una sesión semanal podría ser suficiente para mejorar la calidad del sueño y proporcionar una sensación de relajación tanto física como mental. Se aconseja comenzar con períodos breves, de aproximadamente cinco minutos, y aumentarlos progresivamente, evitando dormirse dentro de la sauna y asegurándose de mantenerse bien hidratados antes y después de la sesión.

El uso de saunas, una práctica que se remonta a siglos atrás en los países nórdicos, ha ganado notoriedad por sus beneficios que podrían compararse con los del ejercicio regular. En Finlandia, donde surgió el concepto de «sauna», este hábito está tan profundamente arraigado que hay una sauna disponible por cada dos habitantes. No obstante, lo que anteriormente se consideraba solo una forma de entretenimiento y relajación, ahora cuenta con el respaldo de investigaciones que demuestran sus efectos positivos sobre la salud cardiovascular y metabólica.

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