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Es esencial incrementar la regularidad con la que lavas tus sábanas y demás ropa de cama durante octubre

En octubre deberías incrementar la cantidad de veces que lavas tus sábanas y ropa de cama. Nuestro espacio de sueño frecuentemente tiene la humedad y la temperatura adecuada para que se reproduzcan varias bacterias y microorganismos. Con la llegada del otoño, nuestras actividades diarias cambian y se aconseja lavar más frecuentemente las sábanas y ropa de cama.

Este hábito no solo contribuye a tener una cama más limpiea y disfrutable, sino que puede evitar problemas de salud debido a la posible acumulación de bacterias, hongos y ácaros.
Debido a que nuestras sábanas están constantemente en contacto con nuestra piel, ellas pueden albergar millones de microorganismos.

Durante el día, nuestra piel emite sudor, saliva, células muertas y en ocasiones, residuos de alimentos. Todos estos componentes se aglomeran en las sábanas, creando las condiciones perfectas para el crecimiento de bacterias y hongos.
Un estudio del 2013 realizado por el Institut Pasteur de Lille demostró que las sábanas sucias tenían altas concentraciones de Staphylococcus, una bacteria que si bien es inofensiva para la mayoría, puede ocasionar infecciones graves si llega a entrar en contacto con heridas abiertas. El otoño es una estación donde pasamos más tiempo en casa y ante las bajas temperaturas, la cama se convierte en un lugar de confort y calidez. Pero este ambiente puede favorecer el crecimiento de ácaros del polvo.

Las almohadas otorgan un ambiente óptimo para la supervivencia de ácaros y hongos, gracias a la humedad y calidez que estas retienen. Estos pequeños insectos se nutren de nuestras células muertas que eliminamos cotidianamente, y tanto los insectos como sus residuos pueden provocar alergias, asma y eczema en individuos susceptibles. Además de estas reacciones alérgicas, otros patógenos pueden acumularse en el lecho si no se limpia regularmente. Estudios realizados por la Universidad de Ibadan en Nigeria detectaron la E. coli en ropa de cama de hospitales sin lavar, una bacteria potencialmente causal de infecciones urinarias, neumonía y sepsis. Aunque la posibilidad de hallar bacterias extremadamente dañinas en el hogar es baja, la acumulación de microorganismos aún representa un riesgo.

Para reducir este peligro, se recomienda lavar las sábanas una vez por semana utilizando agua caliente. Aunque no todos los hongos son fácilmente eliminables, como el Aspergillus fumigatus, incrementar la frecuencia de lavado del lecho durante el otoño puede disminuir la exposición a estos microorganismos. Esto es especialmente relevante para personas con enfermedades respiratorias o sistemas inmunológicos debilitados. Para quienes padecen asma o sinusitis, se aconseja reemplazar las almohadas cada tres a seis meses para prevenir la acumulación de hongos y su impacto en la salud.

Finalmente, adoptar prácticas saludables antes de irse a dormir, como bañarse y eludir el consumo de alimentos en el lecho, asisten en la minorización de la propagación de microorganismos y hongos. Estas simples modificaciones pueden verificar una importante variación en la calidad del aire y la salud pulmonar durante el otoño, una temporada en la que frecuentemente aprovechamos el confort de nuestras viviendas.

En este periodo otoñal, nuestras actividades cotidianas se acomodan al nuevo clima, y una de las sugerencias más notables es incrementar la cantidad de veces que lavamos nuestras sábanas y ropa de cama. Esta practica no solo sirve para mantener el lecho más aséptico y placentero, sino también para prevenir inconvenientes de salud conectados con la agregaración de bacterias, hongos y ácaros que descubren en nuestras camas un ámbito propicio para multiplicarse.

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