¿Por qué nos irritamos cuando estamos hambrientos? Así lo explica la ciencia
Nuestro cerebro es altamente sensible a las variaciones en los niveles de azúcar en la sangre ya que su funcionamiento está ligado casi totalmente a su suministro.
– Este psiquiatra ofrece consejos sobre cómo dejar de comer cuando no se tiene hambre (el interés es esencial)
– Incorporando ciertos alimentos en tu primer comida del día disminuirá tu apetito durante todo el día: los alimentos más llenadores
El hambre no solo es una necesidad física fundamental que todos sentimos, sino que también puede afectar negativamente nuestras emociones.
Comprendiendo los mecanismos de nuestro cuerpo podemos manejar mejor nuestras emociones y evitar conflictos innecesarios. Este fenómeno, comúnmente denominado «hangry», mezcla de palabras en inglés, tiene una explicación científica basada en cómo nuestro cuerpo y cerebro reaccionan a la falta de nutrición.
Cuando transcurre mucho tiempo sin comer, nuestras concentraciones de glucosa en la sangre empiezan a bajar. La glucosa es la fuente de energía principal para nuestro cerebro, y cuando esta disminuye, el cerebro entra en modo de alerta que se expresa mediante una serie de respuestas hormonales y físicas que afectan directamente nuestro estado emocional.
En realidad, el cerebro es muy sensible a las variaciones en los niveles de azúcar en sangre ya que su actividad se basa casi totalmente en su suministro. Cuando experimenta una disminución, activa una serie de procesos para recuperarlos, enviando señales que pueden causar cansancio, irritabilidad, estrés, desconcierto y una mayor tendencia a la frustración.
Procesos fisiológicos
A nivel molecular, se genera una serie de reacciones fisiológicas que liberan diferentes hormonas. La grelina es una de estas, una sustancia producida y vertida al flujo sanguíneo desde las células del estómago. Esta molécula biológica tiene el objetivo de fomentar el hambre, garantizando que el cuerpo consiga la energía precisa a través del consumo de comida.
Otra figura principal en este proceso es el cortisol, que facilita la producción de glucosa a partir de la descomposición de proteínas y ácidos grasos almacenados en el hígado. Usualmente se libera en momentos de estrés, incluyendo la caída de los niveles de azúcar, y esta molécula igualmente afecta a los niveles de dopamina y serotonina. La mezcla de estos factores puede propiciar una molestia superior a la habitual cuando sentimos hambre.
La adrenalina, en conjunto con el cortisol, prepara al organismo para una «respuesta de pelea o huida», incrementando nuestra sensibilidad emocional y disminuyendo nuestra habilidad para afrontar situaciones que normalmente manejaríamos con tranquilidad. Se cree que existe una justificación evolutiva para esto, particularmente cuando los humanos vivían como cazadores y recolectores. Aunque ya no luchamos por la comida de la misma manera, esto influye en las respuestas de nuestro cuerpo. Aquí la importancia de llevar consigo un snack saludable, no solo te mantendrá enérgico, sino que también ayudará a mantener un ánimo más estable.
– Este psiquiatra tiene la receta para cesar de comer sin hambre (se necesita curiosidad)
– Si añades cualquiera de estos alimentos a tu desayuno disminuirás tu hambre para todo el día: los platos más saciantes.
Todos experimentamos el hambre, una necesidad básica de nuestros cuerpos, pero también puede afectar negativamente nuestras emociones. Si comprendemos cómo funciona nuestro cuerpo, podremos manejar nuestros sentimientos de manera más efectiva y prevenir conflictos innecesarios. Este fenómeno, a menudo apodado «hangry», una combinación de palabras en inglés, tiene una justificación científica basada en cómo nuestro cuerpo y cerebro reaccionan ante la ausencia de comida.
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