Es crucial mantener una rutina constante de lavar las fundas de almohada para evitar el crecimiento de bacterias y garantizar una higiene apropiada. Muchas veces olvidamos incluir las fundas de almohada en nuestras prácticas de limpieza, sin embargo, estas son un terreno fértil para millones de bacterias.
Con el roce diario con la piel y el cabello, las fundas se llenan de grasa, aceites, células muertas y bacterias, lo que puede causar problemas de piel e interrumpir la calidad del sueño.
Por eso es esencial tener una buena rutina de lavado que asegure la eliminación de estos elementos y proporcione un ambiente de descanso limpio y saludable.
Pero, ¿con qué frecuencia debemos lavar nuestras fundas de almohada? Rebecca Swain, experta en ropa de cama de Winston Beds, compartió con Express.co.uk que, en solo una semana, cada centímetro cuadrado de una funda de almohada puede contener hasta tres millones de colonias bacterianas.
Además, un estudio realizado por AmeriSleep reveló que una funda de almohada no lavada durante una semana acumula tres millones de bacterias, 17 veces más que un inodoro. Después de dos semanas, este número aumenta a casi seis millones de bacterias, y casi doce millones en cuatro semanas sin lavar. Esto pone de relieve la urgente necesidad de incrementar la frecuencia de lavado para mantener una higiene adecuada en el hogar. Entonces, ¿Con qué frecuencia debemos lavar las fundas de almohada?
Un estudio de YouGov reveló que la mayoría de los británicos lavan su ropa de cama solo cada dos semanas, una rutina que no logra mantener las fundas de almohada libres de bacterias. Rebecca Swain subrayó que muchas personas ignoran el nivel de exposición a gérmenes que tenemos. “Nuestro rostro está en contacto directo con las almohadas cerca de ocho horas todas las noches. Si no se mantienen limpias frecuentemente, pueden ser causantes de irritación y erupciones cutáneas”, mencionó Swain.
Las fundas de almohada no solo tienen contacto directo con nuestra piel, sino que también absorben gran cantidad de grasa, aceites y células muertas. Estos elementos, unidos a la humedad y calor generados durante el sueño, crean las condiciones ideales para el crecimiento bacteriano. Swain aconseja enérgicamente lavar las fundas de almohada al menos una vez a la semana y las almohadas como mínimo dos veces al año para eliminar acumulaciones de sudor y otras substancias.
La acumulación bacteriana puede resultar en problemas de salud
Repercusiones de la acumulación de bacterias en las almohadas
El enfatizar esta práctica va más allá de una limpieza superficial. De acuerdo a Swain, la acumulación bacteriana puede impactar nuestra piel y puede tener consecuencias serias para nuestra salud. Por estos motivos, es esencial el uso de una temperatura de lavado adecuada, mínimo 60 °C, para asegurar la eliminación efectiva de estos microorganismos.
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Las cubiertas de los cojines, que a menudo se ignoran en las prácticas de higienización, se convierten en un nicho para numerosas bacterias. La interacción diaria con la cara y la cabellera facilita que estos protectores junten grasa, aceites, células derribadas y bacterias, que pueden traer problemas cutáneos y perjudicar la calidad de descanso.
