Un equipo de científicos graba por primera vez a un orangután originario de Sumatra utilizado una planta medicinal para sanar una herida en su rostro.
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Un equipo de científicos publica un estudio revelando cómo un orangután utiliza por sí mismo una planta medicinal para sanar una herida en su rostro.
Orangután se cura solo con planta medicinal
La asombrosa capacidad de los primates para automedicarse sorprende a la comunidad científica; desafiando nuestras percepciones sobre la medicina en el reino animal.
Un equipo de científicos alemanes ha publicado un estudio en la revista Scientific Reports, revelando cómo un orangután de Sumatra llamado Rakus ha utilizado una planta con propiedades analgésicas para sanar una herida en su rostro de manera exitosa.
Este hallazgo marca la primera vez que se observa a un animal salvaje tratándose a sí mismo con plantas medicinales.
El proceso de curación
En el artículo, los biólogos del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal detallan que la automedicación en animales es un fenómeno difícil de documentar.
Sin embargo, en este caso específico, lograron registrar el proceso de curación de la herida de Rakus, que se cicatrizó completamente en solo dos meses sin signos de infección.
El uso de la planta medicinal
El informe describe cómo Rakus seleccionó hojas de la planta Fibraurea tinctoria, conocida comúnmente como Akar Kuning, y las masticó para luego aplicar el jugo resultante sobre su herida facial.
Además, el orangután utilizó las hojas masticadas como una especie de apósito natural; cubriendo así la lesión.
Las hojas de Akar Kuning son reconocidas por sus propiedades analgésicas; antipiréticas y diuréticas.
Son empleadas en la medicina tradicional humana para tratar diversas enfermedades como la disentería, la diabetes y la malaria.
Aunque comportamientos similares se han observado en otros primates, como los chimpancés que consumen plantas para aliviar malestares estomacales; el caso de Rakus es único al demostrar el éxito de un tratamiento curativo activo con una sustancia vegetal en un animal salvaje.
«La práctica de la medicina, por tanto, habría podido originarse en un ancestro común a humanos y orangutanes», explica el equipo científico en su informe.