Una mujer de 70 años aspiró sin darse cuenta un tornillo de titanio de uso dental que acabó alojado durante ocho meses en sus bronquios.
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Retiran en Vigo un tornillo de los bronquios de una mujer tras ocho meses. El neumólogo Antonio Fernández Rodríguez es el doctor que lo ha hecho posible.
Un tornillo en los bronquios de una mujer
Una mujer de 70 años aspiró sin darse cuenta un tornillo de titanio de uso dental.
Este acabó alojado en sus bronquios. Allí permaneció alojado sin que lo supiera durante ocho meses. La paciente, según informó el hospital Vithas Fátima, sufrió bronquiectasias bilaterales y repetidas infecciones respiratorias durante siete meses. Era necesario trabajar en dos planes quirúrgicos para la intervención.
Esta resultó ser más fácil de lo previsto porque no generó tejido de granulación en torno al tornillo. La solución apareció tras una broncoscopia en la que el neumólogo Antonio Fernández Rodríguez consiguió extirpar el cuerpo extraño que había identificado en una radiografía de tórax meses antes.
Así identificaron el cuerpo extraño
En la investigación necesaria lograron identificar la composición del cuerpo extraño. Comenzó once meses antes, cuando la paciente recibió primera cirugía dental en la que le colocaron unos implantes óseos. Dos meses después, en una segunda intervención, le colocaron los tapones de cicatrización y un mes después le pusieron las prótesis definitivas. La paciente no era consciente en ningún momento de que había aspirado lo que resultó ser un tornillo de titanio. Lo emplean habitualmente en implantes dentales para la cicatrización transepitelial de 9 milímetros de longitud y 5,5 de diámetro.
La operación
Aspiró el tornillo entre la segunda y tercera intervención. Por ello el tiempo que permaneció alojado en el bronquio es de al menos ocho meses. La paciente apareció en la consulta del doctor Fernández derivado por otro médico y traía consigo una radiografía y un TC de tórax. En ellas observaba un cuerpo extraño probablemente metálico alojado en el lóbulo inferior derecho. Esta mujer tenía EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y bronquiectasias bilaterales (bronquios dilatados e inflamados) colonizadas por la bacteria Proteus mirabillis. Por ello sufría infecciones respiratorias de repetición durante el último año por las que había recibido varias tandas de antibióticos y acababa de salir de un ingreso.
