El injerto capilar es una solución ante la alopecia o pérdida continuada del cabello. Conoce las condiciones a tener en cuenta.
Los injertos capilares son una solución ante la alopecia o pérdida continuada del cabello. En general la intervención no suele presentar problemas, aunque es preciso cumplir una serie de requisitos a la hora someterse a un injerto. La mayoría de los especialistas comunican a los pacientes la necesidad de cumplir estos requisitos, como la Dra. Marina Garrido, cuyo asesoramiento puedes consultar en esta web.
En cualquier caso, y pese a que se trata de una intervención sencilla, es importante tener presente que, como cualquier intervención, un injerto presenta sus riesgos. Por esta razón, es importante acudir a especialistas para informarse y evitar llegar al injerto en caso de no ser necesario.
¿Qué es un injerto?
Aunque la población está familiarizada con el injerto y con otros tratamientos contra la caída, muchos interesados no conocen la técnica que se utiliza para su consecución. Así, un injerto es una intervención que se lleva a cabo cuando los especialistas en alopecia descartan otras soluciones. Por ello, lo recomendable es acudir a los especialistas lo antes posible y realizarse diversos test, como el test genético, para tomar medidas preventivas.
La técnica del injerto consiste en la extracción de folículos o unidades foliculares independientes de una zona en la que existe densidad capilar. Estos folículos o «pelos» son implantados en el área que precisa del implante, mejorando la densidad capilar en dicha zona. Por ello, un injerto es la reimplantación del propio vello del paciente en otras partes de su cuerpo.
Requisitos para un injerto
Aunque cada especialista se centra en unos aspectos, los requisitos fundamentales se pueden resumir en tres.
1. Situación de estabilidad
Es preciso que la persona que se vaya a someter a un injerto cuente con una situación estable en la pérdida del cabello. En la práctica, ello significa que la situación capilar del paciente debe haber permanecido invariable durante un tiempo. En caso de encontrarse en proceso de pérdida (por ejemplo, presentar ciertas zonas menos pobladas), el profesional aconsejará otros tratamientos antes del injerto.
2. Test genético o cierta seguridad
Como hemos comentado, el injerto es la última solución que recomiendan los especialistas. Esto significa que el paciente debe estar seguro de que va a perder el cabello y no lo va a recuperar. Por ejemplo, enfermedades como el covid-19 tienen como efecto secundario la pérdida del cabello, aunque normalmente es un problema pasajero y no se suele realizar cirugía de entrada en todos los casos.
En este sentido, exámenes como el test genético permiten determinar el grado de predisposición de los pacientes a la pérdida del cabello.
3. Densidad en la zona que se va a utilizar
Dado que las unidades foliculares que se utilizan para los injertos provienen de zonas pobladas, es preciso que el paciente cuente con una zona donante lo más poblada o densa a nivel occipital y en los laterales. Utilizar el propio vello es fundamental, ya que el organismo no rechaza tan abiertamente los folículos del propio cuerpo. Además, el resultado es un pelo natural, proveniente de otra zona del cuero cabelludo e injertado meticulosamente por los profesionales.