Para ofrecerle los mejores cuidados a las personas con Alzheimer, una residencia de ancianos es la opción idónea. Aquí encontrarás todo lo que pueden ofrecerle.
En el 2021, la Sociedad Española de Neurología (SEN) indicó que, en España, habla 800.000 personas con Alzheimer y esta es la principal causa de demencia. Además, la prevalencia aumentaba con la edad. Por esta razón, muchas familias se enfrentarán al deterioro de sus mayores. Al ser una enfermedad degenerativa, la atención deberá incrementarse progresivamente y será más complicado proporcionarle toda la atención que necesita. Para ofrecerle los Mejores cuidados para Alzheimer, una residencia de ancianos es la opción idónea, pues le suministrará un entorno adaptado con unos cuidados integrales. Aunque muchas residencias cuentan con enfermos de Alzheimer y reciben una atención adecuada, existen centros especializados dedicados exclusivamente a personas con esta patología. Estos no solo procuran mantener el bienestar de la persona, sino que combaten directamente la enfermedad, frenando el deterioro y garantizando su calidad de vida. Debido a que la condición de los familiares cuidadores puede alterarse, con la consiguiente merma de los cuidados, y que no todas las familias pueden ofrecerles la misma asistencia, es conveniente recurrir a estos centros.
Actuación especializada en residencias de Alzheimer
Las residencias de Alzheimer actúan sobre los signos de la enfermedad, adelantándose a su aparición progresiva para que el enfermo pueda enfrentarlos adecuadamente y retrasar su progreso. Con ello, actúan tanto en el ámbito cognitivo como en el emocional y físico. Esto le permitirá conservar la autonomía en las actividades básicas de la vida diaria durante más tiempo.
En el ámbito cognitivo, se realizan actividades orientadas a limitar la pérdida de memoria. Esta suele ser más grave cuando, de base, los conocimientos son limitados y ha perdido la práctica de actividades que fomentan el desarrollo cognitivo, como la resolución de operaciones matemáticas o la lectura. Por ejemplo, cuando tienen un vocabulario amplio, los enfermos de Alzheimer pueden suplir el olvido de una palabra utilizando un sinónimo. Del mismo modo, la permanencia de sus recuerdos se ve reducida, por lo que les favorecen las actividades que refuercen sus conocimientos. Esto permitirá que, cuando los necesite, esos recuerdos sean más recientes. La naturaleza degenerativa de la enfermedad no solo se manifiesta en el cerebro. La progresiva dependencia también se muestra físicamente. La evolución patológica señala cómo los enfermos van dejando de deambular, pasando a la sedestación y, finalmente, a permanecer encamados. Este desarrollo menoscaba su calidad de vida. La movilidad reducida se traduce en la pérdida de la masa muscular y de la amplitud de movimiento de las articulaciones, de por sí afectadas habitualmente por enfermedades articulares. Del mismo modo que la estimulación cognitiva da recursos al enfermo para enfrentarse a la aparición de los signos principales de la patología, la fisioterapia actúa antes de la degeneración. Un cuerpo saludable permite afrontar el declive físico mejor que uno inicialmente débil. Además, actúa sobre otras áreas esenciales, como el equilibrio y la coordinación. En síntesis, en las residencias de Alzheimer disfrutará de un entorno adaptado a su condición, con actividades aptas para combatir sus signos incluso antes de que aparezcan y profesionales capacitados para actuar de forma específica con el usuario.