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La variante delta está complicando el plan de las autonomías de volver a una situación similar a la que había antes del covid con el inicio del nuevo curso escolar. Los expertos apelan a la cautela y temen que la vuelta presencial a las aulas concentre nuevos focos de contagio.
A finales de mayo, cuando el Gobierno y las comunidades se reunieron por última vez para decidir sobre la situacón del curso escolar, la variante delta del virus ni siquiera se intuía.
A un mes del inicio del curso y con la quinta ola propagándose, han comenzado a surgir interrogantes sobre si las medidas acordadas la pasada primavera serán suficientes para evitar una propagación mayor del virus.
Las pautas acordadas que de momento los autonomías no han considerado cambiar abogan por volver a tener en las aulas al mismo número de alumnos que en la época prepandemia, una distancia en clase de entre 1’2 metros (en lugar de los 1’5 del pasado curso), así como mantener la fórmula de grupos burbuja, y quizás la más importante: ventilar. Para el nuevo curso se decretó además que tanto los alumnos como los profesores seguirán llevando mascarilla y que el acceso al recreo y al comedor se organizará en diferentes turnos para evitar interacciones.
Manuel Franco, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública, ve las medidas hasta ahora impuestas como un error: “No esperábamos esta quinta ola tan violenta. No sabemos con certeza si los niños pueden empujar una nueva onda desde abajo hacia arriba [en edad].” Además, alerta sobre la variante delta: “La variante delta es mucho más contagiosa, a ver si lo estamos haciendo al revés y es ahora cuando tendríamos que reducir aún más”.
Otros expertos se preguntan si en este caso los más pequeños serán los protagonistas de una sexta ola. Hasta ahora, sin embargo, se ha comprobado que la mayoría de niños que se infectan lo hacen de una manera muy leve o asintómatica y su capacidad para propagar el virus parece menor. Además, se espera que en septiembre la mayoría de los adolescentes regresen a las aulas con al menos una dosis de la vacuna, aunque no hay una inyección aprobada para los menores de 12 años.
Las consejerías de educación de las comunidades aseguran a su vez estar tranquilas porque sus protocolos ya contemplan diferentes escenarios que se puedan dar y describen cómo se podrían modificar las medidas en caso de que fuese necesario, tales como aumentar la distancia interpersonal o optar por clases al aire libre o semipresenciales.
De momento no hay ningún cambio sobre la mesa, aunquee está previsto que las consejerías se vuelvan a reunir la tercera semana de agosto para reevaluar la situación.
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