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La comunidad científica realiza constantes estudios sobre la potencial toxicidad del dióxido de cloro y se pronuncian sobre si es una posible cura para la COVID-19, mientras los negacionistas insisten en la efectividad del fármaco.
A mediados del año 2020 la Organización Panamericana de la Salud ha publicado un documento en el que afirma la potencialidad toxicidad del dióxido de cloro.
Se ha demostrado que el hipoclorito de sodio y sus derivados producen irritación del tracto respiratorio, esófago y diversas afecciones estomacales.
También se ha demostrado que ocasiona daños hematológicos que pueden complicar a los pacientes diagnósticados con la COVID-19.
Se ha logrado determinar que la inhalación con el uso de nebulizadores o ingesta de capsulas tiende a derivar en efectos que en lugar de mejorar al paciente de la COVID-19, realmente complicarían su recuperación al causar afecciones adicionales a la enfermedad.
La Food and Drugs Administration también se pronunció al respecto mediante una publicación en su sitio oficial.
De acuerdo con esta organización de la más alta calidad científica, se alerta sobre la toxicidad del dióxido de cloro. A la vez, el alto comisionado de esta organización expresó su preocupación por la venta indiscriminada y con información falsa carente de validez científica:
Hemos observado con preocupación el aumento en la venta del dióxido de cloro y sus derivados, pero es más alarmante aún, ver que la información aportada en el etiquetado de estos productos es falsa y carece de comprobación científica para indicarlo como posible cura de la COVID-19.
Para hacer más contundente sus señalamientos, la comisión de la FDA emitió una carta conjunta dirigida a organizaciones que se dedican a la venta del dióxido de cloro mediante afirmaciones falsas sobre su efectividad para la prevención y cura de la COVID-19.
La Agencia Española de Alimentos y Productos Sanitarios también emitió un comunicado para alertar sobre la toxicidad del dióxido de cloro en la salud de los pacientes diacnósticados con COVID-19.
Al respecto, menciona los siguientes efectos secundarios para la salud:
De momento, la comunidad científica y los organizmos gubernamentales competentes son unánimes al afirmar el peligro de este químico en pacientes diagnosticados con la COVID-19. Mientras que llaman a la población para evitar el negacionismo que alienta el uso de este peligroso fármaco.
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