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En época de verano disfrutan de las frutas de temporada para mitigar el calor. La sandía es una de ellas, pues contiene agua, minerales y vitaminas que refrescan en altas temperaturas. Adicionalmente, comer sandía genera grandes beneficios para el cuerpo humano.
Seleccionar la sandía para las comidas, ya sea en postre o como ingrediente en los platos, trae muchos aportes. Esto gracias a que es una fruta con un valor calórico bajo (algo así como 30 calorías en cada 100 gramos del alimentos), cuenta con agua (94,6 gramos), así que ayuda a la hidratación del cuerpo.
Además incluye vitaminas (18 mg de vitamina A, 5 mg de la C, 7m de calcio y 11 mg de magnesio).
Según diferentes expertos de la FEN (Fundación Española de Nutrición), lo que se destaca de esta fruta es la composición en su contenido en carotenoides sin actividad provitamínica (luteína y licopeno).
No se aconseja consumir sandía a las personas que no toleren la fructosa (un azúcar natural presente en frutas o alimentos como la miel), debido a que su contenido es bastante elevando y podría afectar el sistema digestivo.
La nutricionista y dietista Patricia Ortega, señala que es posible que: «en otras patologías digestivas como el síndrome de colon irritable también haya que valorar su ingesta». Pero es importante que exista una evaluación individual para cada tratamiento por parte de un médico digestivo.
La experta en nutrición agrega que la diferencia que existe entre la sandía con o sin semillas, es que la que no contiene semillas se lleva a cabo a través de una denominada hibridación, en donde se cruzan dos plantas con cromosomas incompatibles. Sin embargo, esto no implica que alguna de las dos sea insegura.
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