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El objetivo es: afeitarse lo menos posible. Ahorro de tiempo y dinero. ¿Cómo? Aquí tienes algunos consejos para hacerlo posible.
Para algunas personas, la depilación es demasiado dolorosa.
Para otros, el afeitado con cuchilla es más rápido pero ineficaz a largo plazo. Y afeitarse todos los días no es una buena práctica. En realidad, sin embargo, bastan unos pocos trucos para maximizar los resultados y minimizar el tiempo.
Además, su piel se sentirá más suave. Aquí hay 6 consejos prácticos.
Calentar las hojas de afeitar bajo el agua caliente ayudará a que la maquinilla se deslice mejor por la piel, haciéndola más eficaz. De esta manera, los pelos se encogerán más fácilmente y su rebrote será más lento como resultado.
Evidentemente, la crema depilatoria deja una buena sensación en la piel.
Pero el uso de aceite, como el de oliva o el de coco, por ejemplo, puede hacerlo más agradable y, sobre todo, hacer que la depilación sea mucho más eficaz. Y si las cremas depilatorias crean una fina barrera entre la cuchilla y la piel, gracias al aceite, en cambio, las cuchillas se adhieren mucho mejor. Un detalle que no es nada despreciable, ya que el corte se hace más profundo. Por eso no necesitarás afeitarte a menudo.
Esta es la regla de oro por excelencia. Aféitate siempre en la dirección opuesta al crecimiento del vello. De este modo, el corte estará más cerca de la raíz y la sensación en la piel será mucho más agradable.
Los beneficios del afeitado dependen en gran medida del estado de las cuchillas, por lo que nunca olvides cambiarlas regularmente.
Un tratamiento exfoliante antes de la depilación es imprescindible si realmente quieres sacar el máximo partido a tu piel. Porque de esta manera se elimina la piel muerta que impide que la maquinilla de afeitar haga su trabajo perfectamente. Gracias a la exfoliación, además, será posible eliminar esos molestos y antiestéticos pelos encarnados.
Puede parecer obvio, pero es un paso crucial. Por lo tanto, antes de afeitarse, tome una ducha caliente o incluso hirviendo. Y si eso no es posible, al menos límpiese la piel con una toallita tibia y húmeda. De este modo, los poros se abren, los pelos se ablandan y evitarás cortarte. Ni que decir tiene que, tras el afeitado, se suele sugerir la aplicación de una loción sedosa sobre la piel. Además, si notas un enrojecimiento, un gel de aloe vera resuelve el problema rápidamente.
La depilación es una práctica muy antigua. Los egipcios, por ejemplo, se afeitaban con cremas a base de aceite y miel. Y no sólo lo hicieron las mujeres. Incluso los sacerdotes, además de afeitarse el pelo, se afeitaban en señal de respeto a sus deidades. Los cuerpos masculinos afeitados también eran comunes, especialmente en Grecia y Roma. Para las patas se utilizaron cáscaras de nuez al rojo vivo. La práctica de la depilación también se adoptó regularmente entre las distintas poblaciones de la cultura islámica. Desde la antigüedad clásica, por ejemplo, en el hammām, la pasta depilatoria más común era la nūra, ahora sustituida por una mezcla caliente de zumo de limón, azúcar y agua.
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