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Con la llegada del verano y las altas temperaturas, son muchos los insectos con los que nos vemos obligados a convivir. Uno de ellos, es la mosca negra, un insecto que mide 6 milímetros, que al morder rasga la piel, dejándo un dolor muy profundo a quien la padece.
La infección puede llevar a heridas, reacciones alérgicas e hinchazones que pueden durar más de una semana.
Para prevenir posibles efectos graves, tanto farmacéuticos como veterinarios recomiendan el uso de repelentes. También ayuda llevar prendas que cubran las extremidades en caso de transitar tramos cercanos a un río o estanque.
Curiosamente se trata de un mosquito, pero su parecido a la mosca de la fruta ha llevado a la confusión del Simulium erythrocephalum (nomenclatura del insecto).
La explicación a la proliferación de la mosca negra se debe al cambio climático. El hecho de que cada año los inviernos sean más suaves y los veranos más cálidos, facilita la expansión de los insectos por el territorio español. Esta plaga tiene su lugar de preferencia en las orillas del Río Ebro en Zaragoza.
La plaga también se extendió por otras comunidades como Cataluña, Murcia y Extremadura. Madrid comienza también a experimentar las consecuencias entre la población, algo que los biólogos debido la ‘renaturalización’ de los ríos favorece el desarrollo de especies vegetales que sirven de sustento a las larvas.
“Este año ya han venido pacientes con picaduras tremendas y muy dolorosas, que requieren tratamiento urgente con corticoides y antihistamínicos inyectados”, afirmó el doctor Juan Carlos Fuentes, del Centro de Salud de Los Rosales, en Villaverde.
No obstante, Jorge Galván, subdirector de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), afirma que el control que existe en España y Europa sobre este insecto, evitó que se transforme en «vector de enfermedades» como ocurre en «África y en países tropicales». «Eso quiere decir que no está afectando a otros animales y no hay zoonosis, es decir no se translada al ser humano».
Desde ANECPLA recomiendan estos consejos para evitar la mordedura de la mosca negra
– Vestirse con ropa clara, sin colores demasiado llamativos que puedan atraer a los enjambres.
– Evitar pasear por el curso de los ríos o zonas cercanas a los mismos, especialmente a última hora de la tarde.
– Instalar mosquiteras en puertas y ventanas en las zonas de riesgo.
– Evitar la acumulación de agua en el exterior de la vivienda y mantener cubiertos los depósitos de agua.
– Controlar los desagües.
– Utilizar repelentes certificados (sobre todo los que contienen citronela).
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El regreso de la mosca negra en verano conlleva al aumento de alergias e hinchazones por la mordida del insecto. ¿Cómo evitar las infecciones?