Cuatro de los voluntarios en los ensayos clínicos de la vacuna Pfizer fueron afectados por la 'Parálisis de Bell'. ¿Qué es esto y como puede afectar?
Cuatro de los voluntarios en los ensayos clínicos de la vacuna Pfizer fueron afectados por la ‘Parálisis de Bell’. ¿Qué es esto y como puede afectar?
¿Parálisis de Bell producida por Pfizer?
Durante los ensayos clínicos de la vacuna Pfizer y BionTech contra el coronavirus cuatro de los voluntarios presentaron ‘Parálisis de Bell’.
Sin embargo, aún no hay indicios que exista una relación entre la vacuna y este tipo de parálisis facial. La FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos) remarcaron que «cuatro casos en el grupo de la vacuna no representan una frecuencia superior a la esperada en la población general».
Con este tipo de vacunas es normal que se presenten reacciones en pequeñas partes de la población.
Pero, la verdadera pregunta surgió al rededor de la ‘Parálisis de Bell’ ¿Es peligrosa? ¿Qué tan dañina puede ser? ¿De dónde surge? La ‘Parálisis de Bell’ es, como su nombre lo indica, una parálisis temporal en el rostro ocasionada por el daño en uno de los dos nervios faciales. Según explica el NIH (National Institute of Neurological Disorders and Stroke) este fenómeno «interrumpe la función del nervio facial, causando la interrupción de los mensajes que el cerebro envía a los músculos faciales» ocasionando así debilidad o parálisis parcial en el rostro.
También se sabe que este fenómeno puede tardar hasta dos o tres días en aparecer y se presenta únicamente en un lado del rostro. Algunos de los síntomas que se presentan pueden ser: babeo, caída del párpado o de la comisura de la boca, debilidad, dificultad para comer o beber, pérdida del gusto o lagrimeo excesivo, tics, sequedad del ojo o de la boca.
La ‘Parálisis de Bell’ se puede manifestar en personas de todas las edades, pero es de especial preocupación en personas mayores de 65 años y en los niños menores de 13. Si bien la causa principal de la enfermedad no es conocida, según expertos se relacionaría con una infección viral. De igual manera, según el NIH, las personas afectadas «se recuperan completamente regresando a su función normal de los tres a seis meses».
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