Por medio de una carta, los enfermeros han comunicado a la Unión Europea (UE) su preocupación por la posibilidad de que se autorice hacer pruebas de detección de Covid-19 en farmacias. Hacer uso de estos centros sanitarios como puntos de detección podría generar un aumento de contagios, generando nuevos focos de propagación entre la ciudadanía.
La Mesa de la Profesión Enfermera, integrada por el Consejo General de Enfermería (CGE) y el Sindicato de Enfermería (Satse), trasladó una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, donde demostraban una gran preocupación, en caso de que se apruebe la petición que Ayuso generó a comienzos de esta semana, donde pedía que validarán hacer test rápidos de antígenos contra el Covid-19 en farmacias.
Después de enterarse de la recomendación para impulsar la realización de test rápidos como alternativa, en ciertos casos, a las pruebas PCR, la Mesa de la Profesión Enfermera ha reiterado, en una carta dirigida a la máxima responsable de la Comisión Europea, que: hay una “gran preocupación ante la posibilidad de que se autorice esta práctica asistencial en establecimientos comerciales, como son las oficinas privadas de farmacia, como quiere el Gobierno de la Comunidad de Madrid, fundamentalmente”.
La Mesa cumple con explicar que “según nuestra regulación estatal», una farmacia es considerada como un “establecimiento sanitario privado de interés público”, apuntando que, «en ningún caso, puede llevar a cabo labores asistenciales/clínicas con los pacientes o ciudadanos en general”. En ese caso, subrayan que los farmacéuticos en España no tienen la competencia legal ni la formación que los habilita para realizar las técnicas requeridas para tomar una muestra de detección de Covid-19.
Además, añaden que las oficinas de farmacia en España “no reúnen en absoluto las condiciones adecuadas de seguridad para garantizar la protección de los ciudadanos a los que se pudiera realizar este tipo de pruebas». Esto se debe que además de contar ahora con un alto nivel de usuarios que vendrían a hacerse las pruebas, también llegarían clientes que acuden para adquirir un fármaco u otro producto que se encuentre en el establecimiento, propiciando así y generando una más alta posibilidad de contagios.
De esta manera, tildan esta decisión como insegura, ya que para hacer este tipo de test en condiciones seguras se necesita contar con la delimitación de circuitos seguros de tránsito de personas y personal cualificado para la realización e interpretación de los mismos. También se necesita realizar una gestión optima de la eliminación de los residuos generados contaminados y propiciar el registro y traslado de los resultados a la historia clínica de cada ciudadano en la sanidad pública, entre otros.
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