Los anticuerpos desarrollados por nuestro cuerpo frente a la Covid desaparecen en pocos meses. Esto no supone pérdida de inmunidad.
Muchas son las investigaciones puestas en marcha para tratar de descubrir la mayor cantidad de información sobre el Coronavirus y conocer mejor cómo afecta a nuestro cuerpo. Dos de ellas, realizadas en Reino Unido, detectan que los anticuerpos contra la Covid-19 desaparecen en dos o tres meses de nuestro organismo si no hay nuevo contacto con el virus.
Esto no significa que perdamos la inmunidad ni la capacidad de respuesta.
Anticuerpos Covid-19: desaparecen en tres meses
Esto es lo que han descubierto dos estudios, uno del Imperial College de Londres y otro del King’s College, también en suelo británico.
Las investigaciones, publicadas esta misma semana, sugieren que, además de desaparecer de nuestro cuerpo, los anticuerpos generados por las personas que han pasado la enfermedad con mayor gravedad son más fuertes. De esta forma, las vacunas tratarían de generar o provocar anticuerpos más parecidos a los que “fabrican” los cuerpos de los casos graves de Coronavirus.
La ausencia de anticuerpos pasados unos meses puede provocar que necesitemos nuevas dosis de la vacuna o “vacunas de recuerdo”. Esto conseguirá que nuestro cuerpo automatice una respuesta del sistema inmunitario y el virus será neutralizado al entrar en nuestro organismo.
No obstante, al ser una materia todavía en estudio, no existe un consenso científico total. Conforme la comunidad vaya descubriendo nueva información, podremos luchar contra la Covid-19 con mayor eficacia y tendremos datos más certeros. Gracias a estos avances, podemos disfrutar de test más precisos y más rápidos.
La desaparición de anticuerpos no supone desaparición de inmunidad
A pesar de que la presencia de anticuerpos tenga una duración limitada, esto no supone que dejemos de ser inmunes. Según explica José Antonio López Guerrero, el director de Neurovirología de la Universidad Autónoma de Madrid, “la capacidad de generar inmunidad puede estar ahí, aunque no se detecte y ser efectiva incluso años”.
Esto se debe a las células de memoria: los linfocitos B y T. Se encargan de retener información sobre los agentes patógenos que entran en nuestro cuerpo y, cuando tengamos un segundo contacto, nuestro cuerpo generará anticuerpos. De esta manera, los siguientes ataques del virus a nuestro cuerpo serían completamente asintomáticos si nuestro sistema inmunitario funciona correctamente.