Sanidad informa que fumar cigarrillos puede favorecer la propagación del Coronavirus al contener una potente carga viral.
Los cigarrillos son una nueva fuente por la que se propaga el coronavirus entre la población. Esta advertencia queda expresada en el Posicionamiento en relación al consumo de tabaco y relacionados durante la pandemia por la COVID-19 que ha sido aprobado en la Comisión de Salud Pública del Sistema Nacional de Salud.
Coronavirus: fumar aumenta el contagio
En este documento se pone de manifiesto que el consumo de tabaco tiene una especial incidencia en los contagios de este virus. Al constatar que “la evidencia actual nos indica que fumar se asocia con su progresión negativa y con resultados adversos, conllevando un riesgo 1,45 veces más alto de desarrollar una forma grave de los síntomas que en personas no fumadoras.” Además, en el texto ministerial se específica que este hábito social «puede contener carga viral y ser altamente contagioso».
Actuaciones tan frecuentes como manosear la mascarilla, la expulsión de gotitas por la nariz o el simple contacto de los dedos con la boca después de fumarse un cigarrillo son propicias para que se expanda el virus infeccioso. Para que estos escenarios no se produzcan, desde el Ministerio de Sanidad aconsejan extremar las precauciones con el hábito social del tabaco.
Por este motivo recomiendan evitar a partir de estos momentos su consumo en espacios comunes al aire libre, como por ejemplo en terrazas de cafeterías, bares o restaurantes. No solo en lo que se refiere a los cigarrillos convencionales, sino también a los electrónicos. Al tratarse solo de una recomendación, las autoridades sanitarias han optado por las medidas de higiene durante el consumo de un cigarrillo: lavándose las manos antes y después de este proceso.
Riesgo de muerte o gravedad
Mientras que por otra parte, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se avisa que los fumadores son más propensos para desarrollar la enfermedad de forma grave. Aunque matizando en su comunicado que, por el momento no tienen pruebas sólidas sobre el riesgo a infectarse en relación a la población fumadora. Desde el organismo internacional se aclara que «no hay evidencia» para verificar el nivel de riesgo que tiene un fumador de ser hospitalizado por COVID-19.
