Coronavirus, el uso de mascarillas tiene algunos efectos que pueden crear algunos inconvenientes, como el empañamiento de las lentes de las gafas.
Los trabajadores de servicios no esenciales, como la construcción o la industria, han visto su regreso al trabajo tras dos semanas de hibernación y un paro generalizado en el que nos encontramos, ordenándose el cese de toda la actividad laboral no imprescindible y forzar la bajada de contagios por el Coronavirus.
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Cómo llevar una mascarilla para no empañarse las gafas
A raíz de esto, la vuelta al trabajo se toma con las precauciones más notorias, como mantener un metro de distancia entre una persona y otra, la correcta higiene y limpieza de manos, el uso de guantes, mascarillas… donde se prevé que éstas, una vez terminado el confinamiento en casa, tengan un uso generalizado.
Sin embargo, y como es normal, el que se usen estas mascarillas implica algunos efectos que pueden crear ciertas incomodidades, entre las que se encuentran el empaño de los cristales de las gafas, haciendo que se vean en este estado a velocidad de vértigo, donde para ello tenemos ciertos consejos muy útiles.
La premisa es sencilla: ponerse la mascarilla cubriendo por completo la nariz y la boca, y posteriormente, las gafas. Entre las instrucciones se recuerda que debemos ajustar nuestras mascarillas lo mejor posible a nuestras caras, siempre con el procedimiento de que nuestras gafas estén bien limpias con agua y jabón. También, mediante el uso de ‘sprays’ limpiadores y sus paños, el jabón hace de separación entre la suciedad y a la vez crea una película para que el cristal se mantenga limpio, consiguiendo que no debas preocuparte por tu visión durante unas horas.
También, y como método muy efectivo, puedes doblar hacia dentro, por la parte superior de la mascarilla, un cuarto de la misma para que quede más ajustada a tu cara y no se escape el calor de la respiración. Estas dos soluciones son vitales y fáciles de llevar a cabo con las mascarillas más flexibles.