Coronavirus, UCI adopta un plan para establecer quién se ingresa en caso de falta de camas. Los criterios adoptados por intensivistas e internistas.
La emergencia sanitaria que está experimentando España con la pandemia de Coronavirus y un sistema que sufre el desabastecimiento de recursos han obligado a los intensivistas e internistas a elaborar un plan de contingencia. UCI ha establecido los criterios para decidir si se ingresa a un paciente o no en caso de falta de camas de Cuidados Intensivos.
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Coronavirus, los criterios de la UCI para establecer quién ingresar
El Grupo de Trabajo de Bioética de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) ha publicado un documento de criterios, recomendaciones UCI y Coronavirus en el que se explica: «admitir un ingreso puede implicar denegar otro a otra persona que puede beneficiarse más, de forma que hay que evitar el criterio primero en llegar, primero en ingresar.» También la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) está de acuerdo con esta decisión.
La principal razón de esta medida es la falta de recursos sanitarios, muy limitados, para hacer frente al virus COVID-19. Por tanto, es necesario establecer una serie de criterios técnicos y éticos comunes. El ingreso en UCI debe maximizar el beneficio común. En consecuencia, se debe dar prioridad al paciente que más se beneficie de la unidad de cuidados intensivos.
En concreto, no se pueden ingresar a personas en las que «se prevé un beneficio mínimo.» Eso impone también «valorar cuidadosamente el beneficio de ingreso de pacientes con expectativa de vida inferior a dos años.» Es decir, se debe dar prioridad «a la persona con más años de vida ajustados a la calidad» a la luz de los indicadores AVAC o QALY que unen cantidad y calidad de vida. En pocas palabras, si hay dos pacientes con un cuadro símil, se prioritiza al que presente una mayor esperanza de vida con calidad.
El documento establece que la edad del paciente no es un criterio, sino subraya que se debe valor el enfermo globalmente. No obstante, en el caso de ancianos hay que tener en cuenta no sólo que sobreviva, sino en qué estado.
Por último, no es ético dejar desprotegidos a los enfermos que no sean prioritarios. Por tanto, las sociedades y comités de bioética firmantes han ideado un plan de emergencia para distribuir los pacientes entre áreas geográficas. Además, han propuesto la institución de un comité de expertos para establecer los criterios técnico-éticos que se deben ir adaptando en función de la situación.