Los problemas de amígdalas se resuelven fácilmente. Sin embargo, a veces, en los peores casos se podrían necesitar la extirpación.
Las amígdalas son unas masas de tejido especial que cumplen la función defensiva contra los gérmenes. En el momento en que se inflaman, se produce lo que se conoce como amigdalitis, más conocido como anginas. Normalmente éstas están causadas por una infección bacteriana o vírica.
Algunos de los síntomas son el dolor de garganta, problemas respiratorios, dolor de oído, fiebre o molestias en el momento de comer.
En la mayoría de los casos se pueden resolver en unos días, pero hay veces que se puede repetir y causar molestias mayores.
En los peores casos se acuerda que lo mejor es extirparlas.
En qué casos se extirpan las amígdalas
- En el momento que el paciente ha tenido 6 episodios de amigdalitis en un año natural.
- Si existe una hipertrofia muy importante de las amígdalas que puede producir apneas (interrupciones de la respiración) o mucha dificultad cuando se quiere tragar.
- Cuando se trata de pacientes con enfermedades asociadas.
Una de las mejores formas para tratar la amigdalitis es que se trate desde la infancia. Es decir, al mínimo síntoma lo mejor es acudir al doctor para que haga un diagnóstico fiable.