El nuevo decreto antiaranceles genera tensiones entre el Gobierno y el PP sobre su aplicación.

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El contexto del decreto antiaranceles
El reciente decreto antiaranceles ha desatado un intenso debate en el Congreso de los Diputados, especialmente en lo que respecta a su aplicación y a las ayudas que se destinarán a las diferentes comunidades autónomas.
La disposición adicional segunda, que establece criterios de territorialidad en el reparto de ayudas, ha sido objeto de controversia, ya que se interpreta que podría beneficiar desproporcionadamente a Cataluña. Esta situación ha llevado a la oposición, especialmente al Partido Popular (PP), a expresar su descontento y a cuestionar la transparencia del Gobierno en la elaboración del decreto.
Las críticas del Partido Popular
El PP ha manifestado su preocupación por la inclusión de una referencia temporal en el decreto, que establece que las medidas se basarán en las exportaciones de bienes hacia Estados Unidos en 2024. Esta modificación ha sido vista como un intento de favorecer a las empresas catalanas, lo que ha generado un clima de desconfianza entre los populares y el Gobierno. Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, ha calificado el decreto de «parche» y ha advertido sobre la posibilidad de que se produzca arbitrariedad en la distribución de las ayudas, lo que podría llevar a una mayor confusión en el proceso.
La respuesta del Gobierno
Desde el Gobierno, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha defendido la legalidad y la necesidad del decreto, asegurando que las modificaciones introducidas no son más que aclaraciones y correcciones menores. Cuerpo ha insistido en que no hay intención de favorecer a ninguna comunidad en particular y que se busca un equilibrio territorial en la distribución de las ayudas. Sin embargo, la falta de consenso y la desconfianza mutua han complicado el diálogo entre el Gobierno y el PP, lo que podría afectar la convalidación del decreto en el Congreso.
El futuro del decreto y sus implicaciones políticas
A medida que se acerca la fecha de convalidación del decreto, la incertidumbre persiste. La posibilidad de que el PP vote en contra o se abstenga sigue siendo un tema candente. La presión interna dentro del PP, especialmente por parte de Vox, también influye en su postura. A pesar de las tensiones, el Gobierno espera obtener un apoyo mayoritario en el Congreso, pero la situación sigue siendo volátil. La relación entre el Gobierno y el PP, que había mostrado signos de acercamiento, se encuentra nuevamente en una encrucijada, lo que podría tener repercusiones en futuras negociaciones y en la estabilidad política del país.