Más de 300.000 personas afectadas y daños millonarios en infraestructuras

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Un desastre natural sin precedentes
El 29 de octubre, la Comunitat Valenciana sufrió una de las catástrofes naturales más devastadoras de su historia reciente. La dana, que afectó a 103 municipios, dejó un saldo trágico de 306.000 personas damnificadas, 224 fallecidos y tres desaparecidos.
Este evento ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la región ante fenómenos meteorológicos extremos, que parecen ser cada vez más frecuentes debido al cambio climático.
Daños materiales y económicos significativos
El vicepresidente segundo de la Generalidad Valenciana, Francisco José Gan Pampols, presentó un informe detallado sobre el impacto de la dana.
Se estima que 11.242 viviendas resultaron dañadas, con un coste de reposición que asciende a 475 millones de euros. Además, se registraron daños en más de 800 kilómetros de carreteras y 550 vías ferroviarias, lo que representa un coste total de 780 millones de euros en infraestructuras.
El sector empresarial no ha quedado exento de las consecuencias de esta catástrofe. Se reportaron daños en activos empresariales que alcanzan los 13.800 millones de euros, afectando a más de 64.000 empresas y 275.000 trabajadores. La situación ha llevado a la generación de más de 3.000 expedientes de ERTE, impactando a 33.000 empleados con una duración media de 125 días. Este escenario plantea serios desafíos para la recuperación económica de la región.
Consecuencias medioambientales
La dana también ha tenido un impacto significativo en el medio ambiente. Se estima que los daños en zonas naturales alcanzan los 122 millones de euros, y la gestión de residuos generados por la catástrofe ha requerido una inversión adicional de 324 millones de euros. En total, los daños medioambientales suman 446 millones de euros, lo que subraya la necesidad de implementar medidas de protección y restauración ambiental en la región.
El futuro de la Comunitat Valenciana
La evaluación del impacto de la dana es solo el primer paso hacia la recuperación. Las autoridades locales y regionales deben trabajar en conjunto para desarrollar un plan de recuperación económica y social que no solo aborde los daños inmediatos, sino que también prepare a la Comunitat Valenciana para enfrentar futuros desastres naturales. La resiliencia y la adaptación al cambio climático deben ser prioridades en la agenda política y económica de la región.