Un grupo crítico dentro de Vox exige cambios fundamentales en la estructura del partido.
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El pasado sábado, un grupo de críticos dentro de Vox se reunió en un hotel cercano al aeropuerto de Madrid-Barajas. Este encuentro, que reunió a 94 asistentes, culminó con la validación de la ‘Declaración de Barajas’, un documento que exige la celebración de una asamblea general para reestructurar el partido.
Esta demanda, aunque no es nueva, ha cobrado fuerza al ser respaldada por figuras públicas que han decidido salir del anonimato.
Figuras clave en la disidencia de Vox
Entre los asistentes se encontraban exdiputados y militantes de base, como Sonia Lalanda, concejal en Palencia, y Javier Teira, procurador expulsado en Castilla y León.
Estos miembros han expresado su descontento con la dirección actual del partido y han instado a un regreso a los principios fundacionales. La ausencia de figuras prominentes como Macarena Olona y Víctor Sánchez del Real ha generado especulaciones sobre la cohesión interna del partido y su futuro político.
Reacciones y desafíos internos
El portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster, minimizó la importancia del encuentro, sugiriendo que las asambleas del partido son el lugar adecuado para proponer cambios. Sin embargo, la creciente disidencia plantea preguntas sobre la dirección futura de Vox y su capacidad para mantener la unidad ante las elecciones venideras. La falta de atención a las preocupaciones internas podría llevar a una fragmentación aún mayor, especialmente si los críticos continúan buscando alternativas fuera de la estructura del partido.
Implicaciones en la política internacional
Además de las tensiones internas, la postura de Vox en temas internacionales, como la guerra en Ucrania, ha sido objeto de debate. La relación con la administración de Trump y las críticas hacia la UE han generado un clima de incertidumbre. Algunos críticos dentro de Vox argumentan que el partido está comenzando a justificar una posible retirada de apoyo a Ucrania, alineándose con la narrativa de que Europa ha fallado en su apoyo. Esta postura podría tener repercusiones significativas en la percepción pública del partido y su capacidad para atraer votantes en un contexto internacional cada vez más complejo.
