El Gobierno español implementa un nuevo sistema para salvaguardar a los menores en contextos de violencia de género.
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La alarmante realidad de la violencia de género en España
En el último año, España ha registrado un incremento preocupante en los casos de violencia de género, con 101.962 incidentes reportados, lo que representa un aumento del 22,3% respecto al año anterior.
Este fenómeno no solo afecta a las mujeres, sino que también tiene un impacto devastador en los menores que conviven en estos entornos. Según datos del Ministerio del Interior, 53.792 de estos casos involucran a niños y niñas que están bajo el cuidado de las víctimas, lo que plantea una grave preocupación sobre su seguridad y bienestar.
Protocolo VioGén 2: un enfoque integral para la protección infantil
Conscientes de esta problemática, el Ministerio del Interior ha desarrollado el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género, conocido como VioGén 2. Este nuevo protocolo incluye un apartado específico que aborda las medidas de protección para los menores que viven en hogares donde se producen situaciones de violencia. La implementación de planes de seguridad personalizados es una de las principales innovaciones, adaptándose a las necesidades y el desarrollo de cada niño o adolescente.
La importancia de la educación y la sensibilización
La educación juega un papel crucial en la prevención de la violencia de género y en la protección de los menores. El Gobierno ha dividido a los niños en dos grupos: los más pequeños, de 0 a 11 años, y los adolescentes, de 12 a 18 años. A los más pequeños se les enseñará a identificar situaciones de peligro y a buscar ayuda, mientras que a los adolescentes se les proporcionarán herramientas para autoprotegerse y reconocer los riesgos asociados a la violencia de género. La psicóloga Bárbara Zorrilla enfatiza la necesidad de crear pautas individualizadas, ya que cada situación es única y requiere un enfoque específico.
Desafíos en la implementación de medidas de protección
A pesar de las buenas intenciones detrás de estas iniciativas, existen desafíos significativos en su implementación. Zorrilla advierte que las pautas generalizadas pueden ser contraproducentes si no se adaptan a las circunstancias particulares de cada niño. Por ejemplo, en situaciones de violencia extrema, la recomendación de llamar a la policía puede poner en riesgo al menor. Es fundamental que las estrategias de protección sean efectivas y no generen más trauma en los niños que ya están sufriendo.
La necesidad de un enfoque multidisciplinario
Para abordar la violencia de género de manera efectiva, es esencial un enfoque multidisciplinario que involucre a profesionales de diversas áreas, incluyendo la psicología, la educación y la justicia. La colaboración entre estos sectores puede facilitar la creación de un entorno seguro para los menores y garantizar que reciban el apoyo necesario. Además, es crucial que se realicen esfuerzos para aumentar la tasa de denuncias, ya que se estima que solo el 20% de las mujeres que sufren violencia de género lo reportan, lo que dificulta la identificación y protección de los menores involucrados.
