El artista se defiende de las acusaciones de explotación laboral en su musical 'Malinche'.
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El contexto del caso de Nacho Cano
El reconocido artista y productor musical Nacho Cano ha estado en el centro de la polémica tras su detención en julio, acusado de irregularidades en la contratación de 17 becarios mexicanos para su musical ‘Malinche’.
Este caso ha captado la atención mediática y ha generado un intenso debate sobre las condiciones laborales en el ámbito artístico. Cano, quien se presentó recientemente ante los juzgados de Plaza de Castilla, ha negado las acusaciones y ha defendido su postura, argumentando que no ha cometido ninguna ilegalidad.
Las declaraciones de Nacho Cano
Durante su comparecencia, Cano expresó que su presencia en los juzgados era un mero «paripé» y que se sentía injustamente tratado. Afirmó que su papel se limitaba a la dirección artística y que no estaba involucrado en la contratación de los becarios. A pesar de las acusaciones, el artista se mostró firme en su defensa, alegando que su apoyo a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha influido en la atención que ha recibido por parte de la justicia. «La apoyo porque Pedro Sánchez la teme», declaró Cano, dirigiéndose al presidente del Gobierno español.
Las acusaciones y la respuesta legal
Las acusaciones contra Cano surgieron tras la denuncia de una de las becarias, Lesly Ochoa, quien alegó que no se les pagaba el salario mínimo y que las condiciones laborales eran precarias. Los abogados de Cano han argumentado que no existía relación laboral entre los becarios y la producción, respaldando su defensa con pruebas que demuestran la naturaleza formativa de las prácticas realizadas. Además, han señalado que la Inspección de Trabajo corroboró su versión, lo que añade un matiz importante a la narrativa del caso.
La detención de Nacho Cano ha generado un amplio debate en la sociedad española sobre los derechos laborales y la explotación en el sector artístico. Los sindicatos de Policía han amenazado con acciones legales contra Cano por sus declaraciones, lo que añade un nuevo nivel de complejidad a la situación. Este caso no solo afecta la carrera de Cano, sino que también plantea preguntas sobre la regulación de las prácticas laborales en el ámbito cultural y artístico, un tema que merece una atención más profunda en la sociedad actual.
