Las exmonjas del Monasterio de Santa Clara enfrentan un futuro incierto pero firme en su decisión.
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Una decisión sin arrepentimientos
Las exmonjas del Monasterio de Santa Clara de Belorado, en Burgos, han tomado una decisión que ha marcado un antes y un después en sus vidas. Desde que abandonaron la Iglesia católica en junio de 2024, han enfrentado una serie de desafíos, incluyendo un posible desahucio.
Sin embargo, a pesar de la adversidad, afirman con firmeza que «merece la pena». Sor Paloma, una de las exclarisas, ha compartido en un vídeo que, aunque la situación es dolorosa, cada día se sienten más convencidas de su elección.
«Estamos sufriendo muchísimo, pero no nos arrepentimos», ha declarado, enfatizando que han encontrado apoyo y energía para comenzar de nuevo.
Desafíos financieros y legales
La situación financiera de las exmonjas es complicada. Se enfrentan a facturas acumuladas que superan los 21.000 euros y han sido acusadas de ocupación «ilegal». A pesar de esto, Sor Paloma ha manifestado que están dispuestas a enfrentar cualquier consecuencia, incluso si eso significa perderlo todo. «Si nos quitan todo, que nos quiten todo. Hemos encontrado todo», ha afirmado, destacando la importancia de la comunidad y el apoyo de nuevos amigos que les han ofrecido refugio. La situación legal es igualmente tensa, ya que el arzobispo de Burgos ha presentado una demanda de desahucio que está siendo tramitada por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Briviesca.
La lucha por la libertad religiosa
El abogado de las exreligiosas ha confirmado que la demanda de desahucio ha sido admitida a trámite, pero también están considerando acciones legales para defender su derecho a separarse de la Iglesia. Florentino Alaez, el abogado, ha explicado que están estudiando la posibilidad de acumular procesos, lo que podría complicar aún más la situación. La respuesta del Arzobispado es esperada en un plazo de 20 días hábiles, lo que podría extender el proceso debido a las festividades navideñas. Además, han presentado recursos contra la negativa del Ministerio del Interior para inscribir sus asociaciones civiles, buscando así transformar sus comunidades en Derio y Belorado.
