La creciente inflación y sus consecuencias en el consumo y bienestar social en España.
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La inflación y el consumo en España
En los últimos años, los españoles han experimentado un notable aumento en el costo de vida, lo que ha generado un descontento generalizado. Según informes recientes, el consumo per cápita ha disminuido significativamente, pasando de 769 kilos/litros a 685,02 kilos/litros en 2023.
Esto refleja una tendencia preocupante: aunque se compra menos, el gasto por persona ha aumentado, lo que indica que los precios de los alimentos y otros productos básicos están en constante ascenso.
El aumento de precios en productos básicos
La situación se agrava al considerar que el precio de los alimentos ha aumentado un 30% entre diciembre de 2019 y agosto de 2024, mientras que los salarios han crecido solo un 10%. Este desajuste entre ingresos y gastos ha llevado a muchos a replantearse sus hábitos de consumo. Además, el alquiler medio ha subido de 10 a 13,5 euros por metro cuadrado, lo que añade presión a los presupuestos familiares. La combinación de estos factores ha llevado a una disminución en la compra de productos frescos, que ahora representan solo el 37,6% del total de las compras.
El descontento social no solo se debe a la economía, sino también a la percepción de que las condiciones de vida están empeorando. La frustración se ve reflejada en el aumento de impuestos y en la sensación de que, a pesar de los discursos optimistas de los líderes políticos, la realidad cotidiana es cada vez más dura. La calidad de vida se resiente, y muchos ciudadanos sienten que sus oportunidades de prosperar se están reduciendo. Este clima de incertidumbre y malestar social puede tener repercusiones a largo plazo en la cohesión social y en la salud mental de la población.