El exministro y director de la UNESCO dejó una huella imborrable en la educación y la salud pública.
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Un legado en la educación y la ciencia
Federico Mayor Zaragoza, quien se desempeñó como ministro de Educación y Ciencia durante el gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo, ha fallecido a los 90 años. Su muerte, confirmada por el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ha dejado un profundo vacío en el ámbito educativo y científico de España.
Mayor Zaragoza fue un ferviente defensor del cribado neonatal, un tema que impulsó con gran dedicación, buscando su reconocimiento como un derecho humano fundamental.
Trayectoria académica y política
Nacido en Barcelona en 1934, Federico Mayor Zaragoza se graduó como doctor en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid.
Su carrera académica lo llevó a ser rector de la Universidad de Granada, donde dejó una huella significativa. En 1971, fue nombrado vicepresidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y más tarde ocupó la presidencia en funciones. Además, cofundó el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, contribuyendo al avance de la investigación científica en España.
Compromiso con la salud pública
El compromiso de Mayor Zaragoza con la salud pública fue notable. Su trabajo en el cribado neonatal ha sido reconocido como uno de los esfuerzos más importantes para mejorar la salud de los recién nacidos en el país. A lo largo de su vida, abogó por políticas que garantizaran el acceso a la salud y la educación, convencido de que ambos son derechos fundamentales. Su legado perdura en las iniciativas que promovió y en las vidas que impactó.
Un defensor de los derechos humanos
Además de su labor en educación y ciencia, Federico Mayor Zaragoza fue un firme defensor de los derechos humanos. En sus últimos años, continuó trabajando para que el cribado neonatal fuera reconocido como un derecho humano, reflejando su compromiso con la justicia social. Su visión de una sociedad más equitativa y su dedicación a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos son aspectos que lo definen como un líder en su campo.
Reflexiones sobre su legado
La muerte de Federico Mayor Zaragoza es una pérdida significativa para la comunidad educativa y científica. Su legado perdurará en las políticas que ayudó a implementar y en la inspiración que brindó a generaciones de estudiantes y profesionales. Su vida es un recordatorio de la importancia de la educación y la salud en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
