Un mes después de la catástrofe, los vecinos de Paiporta siguen esperando ayuda.
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La desesperanza persiste en Paiporta
Un mes ha pasado desde que la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) azotó la Comunidad Valenciana, dejando a su paso una estela de destrucción y desolación. En Paiporta, uno de los municipios más afectados, los residentes aún sienten el peso de la indefensión y la soledad.
La promesa de ayuda gubernamental ha sido recibida con escepticismo, y son los voluntarios quienes, con su esfuerzo, intentan mantener el ánimo de la comunidad.
La falta de coordinación en la respuesta
Las alcaldesas de Catarroja, Paiporta y Benetússer han denunciado públicamente la “inaceptable” demora en las acciones de recuperación.
En un comunicado conjunto, expresaron su frustración ante la falta de coordinación entre las autoridades y la escasez de recursos. “Los lodos siguen llenando calles y garajes, los centros educativos siguen sin reabrirse”, afirmaron, reflejando la realidad que viven los vecinos, quienes aún no han recibido la ayuda prometida.
La ayuda llega, pero no es suficiente
Damián, un joven de 22 años, comparte su experiencia: “Sólo nos ha llegado la ayuda de Juan Roig. A nosotros nos dieron 8.000 euros, pero las otras ayudas que hemos solicitado aún no han llegado”. Esta situación ha llevado a muchos a considerar la venta de sus negocios, ya que la inversión necesaria para recuperarlos es abrumadora. “Hay mucha gente que venderá el negocio y ya está”, comenta, reflejando la desesperanza que se ha apoderado de la comunidad.
La respuesta de las autoridades y la comunidad
A pesar de la crítica situación, la comunidad ha demostrado una gran capacidad de resiliencia. Los vecinos se han unido para ayudar a los más afectados, y aunque algunos comercios han reabierto, muchos otros permanecen cerrados. “Hay muy pocos comercios abiertos, y con todo sucio”, señala Damián, quien espera que su negocio familiar, una peluquería, pueda reabrir a comienzos de 2025. Sin embargo, la incertidumbre sigue siendo la norma en Paiporta.
Reflexiones sobre el futuro
La DANA ha dejado una huella imborrable en Valencia, con un saldo trágico de 230 vidas perdidas. A medida que la comunidad intenta reconstruir lo que se ha perdido, la falta de apoyo y la desconfianza en las promesas de ayuda continúan siendo un obstáculo. La situación en Paiporta es un recordatorio de la importancia de la solidaridad y la acción coordinada en tiempos de crisis.