Un programa que busca sanar heridas y fomentar la autoestima entre internas en Alcalá Meco.
Temas cubiertos
El contexto del programa Ser Mujer
En el Centro Penitenciario Alcalá Meco, la única cárcel de mujeres en Madrid, se lleva a cabo un programa innovador llamado Ser Mujer. Este programa, que se desarrolla durante seis meses, está diseñado para ayudar a las internas a sanar heridas emocionales y a reconstruir su autoestima.
Muchas de estas mujeres han sido víctimas de violencia de género y otras formas de abuso, lo que las ha llevado a una situación de vulnerabilidad. A través de talleres y sesiones grupales, las participantes trabajan en su feminidad y en los aspectos del feminismo, con el apoyo de profesionales que les guían en su proceso de sanación.
Selección y participación en el programa
El programa cuenta con una alta demanda, lo que obliga a los profesionales a realizar una selección cuidadosa de las participantes. Según Marta, la psicóloga del centro, se prioriza a aquellas mujeres que muestran mayor vulnerabilidad, ya que son las que más necesitan apoyo. Cada semana, 36 mujeres, divididas en grupos de mañana y tarde, se reúnen para participar en este proceso transformador. A través de entrevistas y cuestionarios, el equipo evalúa las candidatas, buscando siempre incluir a las que más lo necesitan.
Temáticas abordadas en Ser Mujer
El programa abarca una variedad de temas esenciales para el empoderamiento femenino. Uno de los bloques más impactantes se centra en la sexualidad, donde las internas aprenden sobre su anatomía y el placer, un tema que muchas han considerado tabú. La enfermera María, experta en sexualidad, facilita estas sesiones, promoviendo una visión positiva y saludable de la sexualidad. Además, se discuten mitos del amor romántico, autoestima y la socialización de la mujer, ayudando a las participantes a reconocer su valor y a cuestionar los roles de género tradicionales que han internalizado.
Las participantes del programa han reportado un aumento significativo en su autoestima y una mayor conciencia de sus derechos. Muchas han compartido que el programa les ha permitido reconocer patrones de comportamiento dañinos y les ha proporcionado herramientas para enfrentarse a situaciones de violencia en el futuro. La conexión que han desarrollado entre ellas es palpable, creando una red de apoyo que trasciende las paredes de la prisión. Como señala una de las internas, el programa no solo les ha enseñado a ser mejores mujeres, sino que también les ha permitido verse a sí mismas como supervivientes y no como delincuentes.
La necesidad de programas como Ser Mujer
El éxito del programa Ser Mujer ha llevado a muchas internas a abogar por su expansión. Consideran que este tipo de formación debería ser accesible no solo en el ámbito penitenciario, sino también en escuelas y comunidades, para prevenir la violencia de género y fomentar la igualdad desde una edad temprana. Las mujeres del programa han expresado su deseo de que más personas tengan la oportunidad de experimentar este tipo de transformación, destacando la importancia de la educación en la lucha contra el machismo y la violencia.