La ministra de Defensa enfrenta críticas por su falta de empatía en Paiporta.
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La reciente visita de la ministra de Defensa, Margarita Robles, a Paiporta ha generado una ola de críticas debido a su reacción ante los vecinos afectados por las inundaciones provocadas por la Dana del 29 de octubre.
En un garaje inundado y lleno de lodo, Robles se encontró rodeada de ciudadanos que exigían ayuda del ejército para limpiar la zona. Sin embargo, su respuesta, marcada por un tono airado, ha sido interpretada como una falta de empatía hacia quienes sufren las consecuencias de esta catástrofe natural.
Durante la conversación, se escuchó a Robles exclamando: «¡Yo no tengo la culpa!». Esta frase ha resonado en las redes sociales, donde muchos usuarios han criticado su actitud. La ministra intentó justificar su posición al afirmar que no era su responsabilidad directa y que las instrucciones de intervención correspondían a los ayuntamientos y al CECOPI. Sin embargo, esta defensa no ha logrado calmar la indignación de los afectados, quienes esperaban una respuesta más solidaria y comprensiva.
La situación se tornó aún más tensa cuando varios vecinos increparon a la ministra, pidiéndole que se involucrara en las labores de limpieza. «¡Coge una pala, sois una vergüenza!», gritaron algunos, reflejando la frustración acumulada por la falta de acción inmediata. Este episodio ha sido calificado por el gobierno valenciano como un gesto de «falta de empatía, solidaridad y comprensión». La Generalitat ha instado a Robles a rectificar su actitud y a trabajar de manera más cercana con los afectados, enfatizando la necesidad de empatía en momentos de crisis.
A pesar de la controversia, el Ministerio de Defensa ha asegurado que hay 8.000 efectivos del ejército desplegados para ayudar a los afectados por las inundaciones. Sin embargo, la percepción de la ciudadanía es que la respuesta ha sido insuficiente y que la comunicación entre las autoridades y los ciudadanos debe mejorar. La situación en Paiporta es un recordatorio de la importancia de la empatía y la solidaridad en la gestión de crisis, especialmente por parte de quienes ocupan cargos de responsabilidad.
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