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La descarbonización de la economía española se presenta como un desafío monumental que debe ser abordado con urgencia. Con un plazo marcado para el año 2050, los expertos advierten que el tiempo se agota y que la cuenta atrás ya ha comenzado.
Este proceso no solo involucra a grandes compañías energéticas, sino también a administraciones públicas, científicos e investigadores, quienes deben colaborar de manera efectiva para alcanzar los objetivos establecidos.
La innovación tecnológica es crucial para el éxito de la descarbonización.
Rafael Villaseca, presidente de la Fundación Narturgy, enfatiza que sin avances significativos en ciencia y tecnología, será difícil cumplir con las metas relacionadas con el cambio climático. La necesidad de un marco normativo adecuado y de una mayor colaboración entre el sector público y privado se vuelve imperativa. Villaseca señala que, a pesar de los esfuerzos realizados desde la década de los 90, las emisiones de CO2 han aumentado un 60%, lo que indica que las medidas adoptadas hasta ahora no han sido suficientes.
Sergio Rojas, representante del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), también critica la falta de acción efectiva en el pasado. Asegura que España debe ser climáticamente neutra en 2050, lo que requiere un cambio radical en el modelo energético actual. La investigación y la innovación deben ser aceleradas, y esto solo se logrará mediante la colaboración entre instituciones y empresas. La energía renovable ha crecido un 20% en el último año, pero aún es necesario un esfuerzo considerable para garantizar un suministro energético sostenible y eficiente.
Las energías renovables, como la solar y la eólica, son fundamentales en este proceso. Jesús Chapado, director de Innovación de Naturgy, destaca que la eficiencia tecnológica debe ser la premisa bajo la cual se desarrollen estas energías. Aunque se ha avanzado en la incorporación de fuentes renovables, es esencial que el sistema energético también cuente con otras fuentes como la nuclear y la hidráulica para asegurar su estabilidad. Chapado subraya la importancia de desarrollar tecnologías que permitan una descarbonización efectiva, como las baterías que proporcionen potencia firme al sistema.
La colaboración entre administraciones, empresas y centros de investigación es vital para el éxito de la descarbonización. Chapado enfatiza que no debe existir competencia, sino cooperación, para evitar la duplicación de esfuerzos y recursos. La regulación adecuada y el apoyo financiero son esenciales para fomentar la innovación y garantizar que las inversiones tecnológicas, aunque no rentables hoy, lo sean en el futuro. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá avanzar hacia un modelo energético sostenible y cumplir con los objetivos de neutralidad climática para 2050.
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