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La gestión de la comunicación en crisis: lecciones de la DANA en Valencia
La reciente DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó a Valencia ha puesto de manifiesto la crucial importancia de una gestión comunicativa efectiva en situaciones de crisis.
En momentos de emergencia, la comunicación no solo debe ser clara y constante, sino que también debe estar dirigida por un portavoz confiable que pueda proporcionar información precisa y oportuna a la ciudadanía.
En cualquier crisis, existen dos fases comunicativas fundamentales: la fase preventiva, que se desarrolla antes de que ocurra la catástrofe, y la fase reactiva, que se activa una vez que la emergencia ha tenido lugar. Durante la DANA, la falta de un portavoz claro y la descoordinación entre las autoridades han generado confusión y desinformación entre los afectados. La ausencia de ruedas de prensa efectivas y la tardanza en la comunicación de datos cruciales, como el número de desaparecidos, han exacerbado la situación.
Los expertos en comunicación de crisis subrayan la importancia de contar con un líder que pueda articular un mensaje claro y coherente. En el caso de la DANA, tanto el Gobierno central como el autonómico no lograron designar un rostro visible que asumiera la responsabilidad de la comunicación. Esto llevó a que la población se sintiera desinformada y desatendida, alimentando rumores y bulos que complicaron aún más la situación. La falta de empatía y la incapacidad para conectar con los ciudadanos han sido criticadas por especialistas, quienes enfatizan que en tiempos de crisis, la percepción pública es tan importante como la realidad misma.
La desinformación se convierte en un problema crítico en situaciones de emergencia. Durante la DANA, la falta de información veraz y actualizada permitió que circularan rumores infundados, lo que generó un clima de incertidumbre y desconfianza. La ciudadanía, al no recibir información clara de las autoridades, recurrió a las redes sociales, donde proliferaron las noticias falsas. Expertos en comunicación advierten que la desinformación puede ser combatida con una comunicación proactiva y transparente, que informe a la población sobre las acciones que se están llevando a cabo y los recursos disponibles.
La experiencia de la DANA en Valencia debe servir como un llamado a la acción para mejorar la gestión de la comunicación en crisis. Es fundamental que las autoridades establezcan protocolos claros que incluyan la designación de portavoces capacitados y la implementación de estrategias comunicativas efectivas. Además, es esencial fomentar la cultura de la prevención, donde los ciudadanos estén informados sobre cómo actuar en situaciones de emergencia. Solo así se podrá minimizar el impacto de futuras crisis y garantizar que la información fluya de manera adecuada y oportuna.
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