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En los últimos años, España ha experimentado un notable crecimiento en la generación de energía solar fotovoltaica, convirtiéndose en una de las alternativas más prometedoras para combatir el cambio climático.
Este avance se produce en un contexto donde los fenómenos climáticos extremos, como los recientes desastres en la Comunidad Valenciana y Castilla La Mancha, ponen de manifiesto la urgencia de adoptar medidas efectivas para mitigar el deterioro ambiental.
La energía solar no solo representa una solución a la dependencia de los combustibles fósiles, sino que también se ha multiplicado por cuatro en su generación en solo cinco años.
Según la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), las energías renovables son la herramienta más eficaz para reducir las emisiones de CO2 y avanzar hacia una economía descarbonizada.
La energía solar fotovoltaica ha demostrado ser un pilar fundamental en la transición energética de España. Con un potencial significativo para estabilizar la biodiversidad y reducir la huella de carbono, esta fuente de energía limpia se ha convertido en una prioridad en el Plan Nacional de Energía y Clima. En julio del año pasado, se revisaron las metas de generación, aumentando el objetivo de 36 GW a 76 GW para 2030, lo que refleja la ambición del país por liderar en energías renovables.
A pesar de los avances, la producción solar aún se encuentra por debajo de estos objetivos, alcanzando solo 37,3 GW el año pasado. Sin embargo, la tendencia sugiere que, si se mantiene el ritmo de crecimiento, la industria fotovoltaica podría cumplir con las expectativas en los próximos años.
El autoconsumo fotovoltaico, que permite a los hogares y empresas generar su propia electricidad, ha visto un descenso en su adopción, a pesar de su potencial para reducir costos a medio plazo. En 2022, se registró una caída del 32% en la instalación de sistemas de autoconsumo, atribuida a la disminución de los precios de la electricidad y a la inflación. Aun así, el sector sigue considerando esencial impulsar esta modalidad para alcanzar los objetivos de electrificación y sostenibilidad.
Con un clima favorable que ofrece alrededor de 2.000 horas de sol al año, España tiene todas las condiciones para convertirse en un líder en energía solar. La industria no solo contribuye a la generación de empleo, con más de 162.000 puestos de trabajo, sino que también tiene un impacto significativo en el PIB nacional, alcanzando los 12.389 millones el año pasado.
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