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La llegada de Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, a Madrid en enero de 2020 ha sido un tema de controversia y debate en el ámbito político español. Rodríguez, quien viajaba con un séquito de funcionarios y empresarios, tenía como objetivo oficial recibir atención médica antes de continuar su viaje a Doha.
Sin embargo, su entrada a España fue frustrada debido a las sanciones impuestas por la Unión Europea, lo que generó una serie de explicaciones y versiones contradictorias por parte del Gobierno español.
Las sanciones europeas contra el régimen de Nicolás Maduro han complicado las relaciones diplomáticas entre España y Venezuela. La prohibición de entrada a Rodríguez fue un intento del Gobierno español de evitar un conflicto diplomático. A pesar de que la versión oficial sostiene que la decisión fue tomada para prevenir tensiones, la investigación de la Audiencia Nacional sobre el cobro ilegal de comisiones en contratos de material sanitario durante la pandemia ha puesto en entredicho esta narrativa. Documentos revelan que un empresario cercano a Rodríguez organizó encuentros con ministros españoles, lo que sugiere que la visita tenía un trasfondo más complejo.
El caso Koldo, que involucra a varios funcionarios del Ministerio del Interior, ha revelado detalles sobre la coordinación de la llegada de Rodríguez. Koldo García, ex asesor del entonces ministro José Luis Ábalos, fue el encargado de informar a la cúpula del Ministerio sobre la llegada de la vicepresidenta venezolana. Este hecho ha suscitado interrogantes sobre la transparencia y la ética de las acciones de los funcionarios involucrados. La declaración de García ante la Audiencia Nacional y las revelaciones sobre los contactos con la empresa encargada de suministrar material sanitario han añadido más capas de complejidad a la situación.
La controversia en torno a la visita de Delcy Rodríguez también ha tenido repercusiones en la estructura de mando de la Guardia Civil. Dos altos mandos, David Blanes y Jesús María Gómez, fueron ascendidos tras los eventos de esa noche en el aeropuerto de Barajas. Blanes, quien estaba a cargo del control de aduanas, y Gómez, responsable del aeropuerto, han sido objeto de atención mediática debido a sus ascensos, que han coincidido con la destitución de otros funcionarios. Estos movimientos han generado críticas y sospechas sobre la gestión de la seguridad y la transparencia en el manejo de la situación.
El regreso de David Oliva a la comandancia de Málaga genera inquietud en la institución.