La falta de intérpretes adecuados agrava la situación de los saharauis en el proceso de asilo.
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La situación actual de los saharauis en España
En los últimos meses, la llegada de solicitantes de asilo saharauis a España ha aumentado considerablemente. Sin embargo, este incremento ha puesto de manifiesto una serie de problemas que complican su proceso de asilo.
Uno de los principales obstáculos es la falta de intérpretes que hablen el dialecto hasanía, el idioma nativo de los saharauis. En su lugar, se han asignado intérpretes de origen marroquí que hablan dariya, lo que genera desconfianza y malestar entre los solicitantes.
La recomendación del Defensor del Pueblo
El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, ha hecho hincapié en la necesidad de contar con intérpretes que hablen hasanía para garantizar un proceso justo y transparente. En su resolución, destacó que la presencia de intérpretes marroquíes podría provocar incomodidad y cuestionar la neutralidad del proceso. Esta recomendación, sin embargo, ha sido ignorada por el Ministerio del Interior, que continúa asignando intérpretes que no son adecuados para la situación de los saharauis.
Consecuencias de la falta de atención adecuada
La falta de atención adecuada a las solicitudes de asilo ha llevado a que muchas de ellas sean denegadas en procedimientos exprés. Esto es especialmente preocupante dado que muchos saharauis llegan a España tras haber sufrido violaciones de derechos humanos en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. La situación se complica aún más por las condiciones insalubres en las que se encuentran los solicitantes en el aeropuerto de Barajas, lo que agrava su vulnerabilidad.
Un llamado a la empatía y la acción
Es fundamental que el Ministerio del Interior tome en cuenta la situación crítica que viven los saharauis y actúe en consecuencia. La falta de sensibilidad y empatía hacia su situación no solo afecta a los solicitantes, sino que también pone en entredicho el compromiso de España con los derechos humanos. La creación de un clima de confianza es esencial para que los saharauis puedan relatar sus experiencias sin temor a represalias o incomodidades.
