La advertencia se está materializando en este momento. Hace un tiempo se señalaba que si no se elimina el impuesto sobre los beneficios de las empresas de energía, las inversiones no se realizarían. Repsol se ha visto afectada de manera significativa por este ‘impuestazo’, que el Gobierno aprobó con carácter provisional y que quiere convertir en definitivo.
Su consejero delegado, Josu Jon Imaz, ha ordenado no avanzar y mantener en espera ciertos proyectos emblemáticos de la empresa. Esta paralización podría tener repercusiones en las subvenciones europeas ya concedidas para algunas iniciativas energéticas consideradas de ‘interés común europeo’.
Un ejemplo de esto es el plan para generar hidrógeno verde que Petronor, la filial de Repsol, tenía previsto llevar a cabo en su refinería de Muskiz (Bizkaia), proyecto que contaba con una financiación europea de 160 millones de euros. Actualmente, la petrolera ha detenido el proyecto de descarbonización que incluye el uso de electrolizadores para la producción de hidrógeno renovable.
Recientemente, lo único que se ha hecho es iniciar el procedimiento administrativo para acceder a las ayudas europeas asignadas, lo cual se completó hace una semana. Sin embargo, no ha cambiado la decisión de frenar el proyecto principal que incluye la instalación de una electrolizadora de 100 MW en la refinería de Bizkaia. Fuentes de Petronor han declarado que “todo permanece inactivo” y que continuarán en esta situación hasta que se tome una decisión sobre el avance del proyecto.
De este modo, los 160 millones quedan en un limbo a la espera del futuro del proyecto. Si no se lleva a cabo, no habrá financiación. La estrategia contemplaba finalizar el proyecto mediante investigaciones y avances tecnológicos, así como la digitalización de toda la cadena de valor. En total, la operación requería una inversión de 250 millones de euros, a lo que se añadirían otros 50 millones para investigar posibles usos del hidrógeno en el ámbito de la movilidad y el transporte de mercancías.
Descarbonización… detenida
Repsol sostiene que la decisión final sobre este y otros proyectos en circunstancias similares se tomará «en su momento» y dependerá de la continuidad o eliminación del impuesto a las energéticas. La empresa ha enfatizado que este tipo de inversiones necesita un entorno regulatorio fiscal que sea estable, atractivo y competitivo respecto a otros países cercanos.
Las grandes compañías del sector energético advierten que el impuesto que el Gobierno pretende mantener amenaza la rentabilidad de estas iniciativas. El descontento que manifiestan proviene de hace tiempo, siendo expresado no solo por Repsol, sino también por otras empresas como Endesa, Naturgy e Iberdrola.
El proyecto de Petronor, actualmente en pausa, fue desarrollado para generar gas renovable que abasteciera sus instalaciones y que también pudiera ser vendido a otras industrias. Estaba dividido en tres fases: la primera ya se completó, y la segunda está en proceso. No obstante, la tercera fase, la que implica la construcción de una electrolizadora de 100 MW, sigue siendo incierta.
La refinería ha incorporado hace un año un electrolizador de hidrógeno con una potencia de 2,3 MW destinado a la industria, proporcionando energía limpia al parque tecnológico cercano en Abanto y Zierbena. En dos años, se finalizará la segunda fase del programa de descarbonización, que incluye la instalación de un electrolizador de 10 MW en el puerto de Bilbao. Este proyecto ha continuado avanzando a pesar de que Repsol anunció la suspensión de sus inversiones. Se espera que inicie operaciones en 2026. Esta iniciativa consiste en una ‘planta demo’ para la producción de combustible sintético, resultado de la colaboración entre Repsol, Petronor y la empresa saudí Aramco, y tiene la capacidad de generar 8.000 litros diarios de combustible sintético a partir de CO2 e hidrógeno.
Impacto en el ‘Corredor vasco del hidrógeno’
El proyecto de Petronor en Muskiz no es el único afectado por la permanencia del impuesto a las energéticas; también otras inversiones de Repsol, como las planeadas en Cartagena y Tarragona, se encuentran en una situación similar. En el caso del proyecto de electrolizadora en Cartagena, que tiene una capacidad comparable a la de Petronor (100 MW), ha recibido 155 millones de euros en ayudas de la Unión Europea.
Se han destacado siete iniciativas de interés común europeo, conocidas como IPCEI, que están bajo la gestión del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con una inversión total que asciende a 794 millones de euros. Estas iniciativas incluyen proyectos de empresas como Repsol, Iberdrola, EDP y Endesa. De estas, cinco están destinadas a la instalación de electrolizadores de alta capacidad, que superan los 100 MW, en áreas de actividad industrial, como puertos y zonas industriales. Los proyectos se sitúan en diversas comunidades, incluyendo Andalucía, Asturias, Castilla La Mancha, Euskadi y Murcia, todos orientados a fomentar el uso de hidrógeno renovable. Además, en Aragón se han planificado proyectos para generar hidrógeno renovable destinado a fertilizantes y otros productos químicos.
Asimismo, el retraso y las dificultades de proyectos como los de Petronor, ubicados en el País Vasco, podrían afectar negativamente una iniciativa a gran escala: el ‘Corredor Vasco del Hidrógeno’. Este proyecto busca transformar Euskadi, una región con una fuerte tradición industrial, en un centro clave para la producción de hidrógeno en Europa. En su fase inicial, el ‘corredor vasco’ tiene como objetivo generar 20.000 toneladas de hidrógeno renovable, lo que permitiría disminuir la huella de carbono en aproximadamente 1,5 millones de toneladas de CO2 anualmente.
Este proyecto, orientado hacia un cambio radical en el modelo energético y en pro del futuro, involucra a compañías como Sener, Tubacex, CAF, Irizar, Sidenor e Idom, entre otras. La iniciativa propone establecer una red de producción de hidrógeno a través de la edificación de infraestructuras que abarcan desde fábricas de electrolizadores hasta la creación de proyectos relacionados con pilas de combustible, desarrollo de estaciones de hidrógeno y la implementación de soluciones que apoyen el uso de trenes y vehículos que operen con tecnología de hidrógeno.
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