El reciente enfrentamiento entre Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso en torno a la corrupción ha complicado notablemente el encuentro previsto en Moncloa como parte de la serie de reuniones bilaterales que ha iniciado el Presidente del Gobierno. Aún no se ha fijado una fecha para la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Su convocatoria estaba prevista para ser de las últimas, dado que su estatuto fue el penúltimo en ser aprobado, solo superado por el de Castilla y León. Sin embargo, la fecha se aproxima y se desconoce si se producirá alguna reunión.
Desde la Comunidad de Madrid, se evita avivar el discurso sobre un posible «plantón», algo que Ayuso había mencionado, y se mantienen en la línea del «orden del día». Es decir, la presidenta asistirá solo si hay claridad sobre los temas a tratar, los cuales deben ser confirmados por escrito, indican fuentes del PP. Además, su equipo aclara que “no se trata solo de tomar un café; cada reunión tiene que tener sus puntos a discutir”.
Por el momento, los medios han indicado que no ha habido comunicación entre los equipos respectivos, ni siquiera para solicitar a la Puerta del Sol la lista de asuntos prioritarios que Ayuso quisiera tratar, como sí se ha hecho con otros presidentes autonómicos. El PP está a la espera de que Begoña Gómez, esposa de Sánchez, acuda el 13 de noviembre a la Asamblea de Madrid. En su círculo han comentado de manera irónica que «quizás ella lo solicite el mismo día de su comparecencia”, en relación a su presencia en la comisión de investigación sobre su vínculo con la Universidad Complutense, una situación que no contribuye a mejorar las tensiones entre las dos administraciones, prácticamente en crisis.
No se trata de un choque político común, pues se entrelazan aspectos de la vida personal de ambos líderes. El miércoles pasado, durante una sesión de seguimiento al Gobierno, Pedro Sánchez confrontó a Alberto Núñez Feijóo en el marco del debate sobre la supuesta red de corrupción vinculada a las mascarillas y otros asuntos relacionados con Moncloa y el PSOE. Sánchez afirmó que «desde la ‘a’ de Ayuso hasta la ‘z’ de Zaplana, hay un caso de corrupción para cada letra del alfabeto». Al día siguiente, en el pleno habitual de la Asamblea de Madrid, la influyente dirigente del PP replicó: «Ayer, el señor Sánchez, el ‘uno’ de todas las tramas corruptas que asolan España, se atrevió a difamarme de manera pública desde el Congreso. Por lo tanto, tengo que contestarle aquí; si hablamos de corrupción de la ‘a’ a la ‘z’, comencemos por Ábalos y terminemos con Zapatero; seguiremos con la ‘b’, mencionando a Berni, Barrabés y Begoña, quien está imputada y involucrada en diversos asuntos. Otra que avanza», auguró respecto al futuro judicial de la esposa del presidente del Gobierno, a quien también pronosticó un desenlace similar. En relación a su pareja, Alberto González Amador, denunció una maniobra de «todos los poderes del Estado contra un individuo al que se le ha vulnerado su derecho a la defensa; ha sido condenado tanto política como mediática y escandalosamente durante un año». En su círculo cercano sostienen que la reacción de Ayuso se debe a que «ha soportado mucho» y que la decisión del Tribunal Supremo de investigar al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortíz, por filtración de secretos en el caso de las irregularidades fiscales admitidas por González Amador, representa un triunfo significativo para ella.
«Lo crucial es que un fiscal general está siendo investigado», destacan. La fecha para el posible encuentro en Moncloa con Ayuso se aproxima. En este contexto tenso, se espera la reunión como parte de una serie de encuentros bilaterales iniciados el 20 de octubre, que continuaron el 27 de ese mismo mes y los días 4 y 10. Los otros miembros del partido de Ayuso han accedido a reunirse con el presidente del Gobierno, incluso sin un orden del día formal. Desde Juan Manuel Moreno, de Andalucía, hasta Carlos Mazón, de Valencia, y Fernando López Miras, de Murcia, todos han participado sin adherirse al primer llamado de Ayuso a boicotear estos encuentros, bajo el argumento de que Sánchez intentaría engañarlos. Esta semana no ha habido más encuentros en Moncloa debido a compromisos en la agenda de Sánchez, que incluyen una reunión del Consejo Europeo en Bruselas. A estas alturas, se desconoce si se reanudarán pronto, pero el número de reuniones pendientes se va reduciendo. Por orden estatutario, quedan Extremadura, Islas Baleares, Madrid y Castilla y León, además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, que podría ser el último en cerrar esta ronda con Sánchez. Esto sugiere que pronto Moncloa tratará con el gabinete de la presidenta madrileña. Desde el principio, las tensiones han estado presentes. «Todo es inusual», afirman desde la Puerta del Sol sobre unas relaciones que siempre han sido conflictivas. Tanto Sánchez como Ayuso comenzaron a chocar desde el inicio.
Inicialmente, se utilizó como estrategia para erosionar los liderazgos del Partido Popular, tanto el de Pablo Casado como el de Alberto Núñez Feijóo; en segundo lugar, se percibió en la confrontación con Moncloa una oportunidad para mejorar su posición electoral. Las relaciones estaban ya en un punto crítico cuando se tomó la famosa imagen de las banderas en septiembre de 2020, la cual recibió un tratamiento casi protocolario. Ahora será necesario observar si los vínculos se han quebrado de manera irreversible.
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