Joseba Egibar asumió la presidencia del PNV en Gipuzkoa en 1987, cargo que ha mantenido casi sin interrupciones hasta la actualidad. A excepción del periodo entre 2003 y 2007, Egibar había manifestado su deseo de seguir liderando la formación nacionalista, pero ha decidido no presentarse a una nueva elección.
Con esta decisión, el partido, a finales de este año, habrá tenido 33 años de liderazgo bajo su dirección en Gipuzkoa. Su salida parecía inevitable, sobre todo tras el inicio de un proceso de cambio generacional en el PNV, que comenzó primero con las elecciones autonómicas y luego con la reestructuración interna en curso.
Tanto Itxaso Atutxa, presidenta del PNV en Bizkaia, como José Antonio Suso, presidente de la formación en Álava, ya habían anunciado que tampoco buscarían continuar al frente de sus respectivas ejecutivas. Esta mañana, fuentes del GBB confirmaron que Egibar seguirá su ejemplo y dejará la presidencia de la Ejecutiva. Su salida de la primera línea del PNV se había anticipado durante la elaboración de las listas para el Parlamento Vasco, donde ya no figuraba. Durante más de tres décadas, Egibar fue la voz del PNV en el Parlamento, pero ahora queda fuera del grupo de diputados. A lo largo de los años, ha ejercido un control significativo sobre el partido en Gipuzkoa, un territorio donde ha habido una fuerte competencia con EH Bildu, especialmente tras el desgaste del PNV en las últimas elecciones. En los comicios autonómicos, el partido perdió su posición dominante en Gipuzkoa, cediendo el primer lugar a EH Bildu, que obtuvo dos diputados, mientras que el PNV tuvo que conformarse con uno. La derrota más notable ocurrió poco antes, en las últimas elecciones municipales, donde también sufrió un duro golpe.
El PNV consiguió ser el partido más votado en solo cinco de los 88 municipios de Gipuzkoa, mientras que EH Bildu, bajo el liderazgo de Arnaldo Otegi, triunfó en 77 localidades. La influencia de la izquierda abertzale en Gipuzkoa es notablemente mayor, con 462 concejales para EH Bildu frente a 261 para el PNV. Joseba Egibar, un referente soberanista dentro del PNV, ha sido una figura central en el tema del relevo generacional en la formación. Con una trayectoria que abarca más de tres décadas, Egibar es considerado uno de los políticos más antiguos de la escena política española. Nacido en Andoain en 1959, ha estado siempre al frente, adaptándose a los diversos contextos políticos. Ha ejercido como portavoz del partido en el Parlamento Vasco durante casi 27 años. A sus 65 años, lleva consigo una extensa carrera política, firmemente vinculado al PNV y al nacionalismo vasco. Ha superado diversas crisis en su trayectoria, como la ruptura de 1988 o la salida de su mentor, Arzalluz, en 2003. Además, ha enfrentado y navegado por las turbulencias generadas por el ‘Plan Ibarretxe’ y la evolución del partido bajo el liderazgo de Urkullu. Su mensaje ha variado dependiendo del momento histórico. Desde 1998, Egibar ha sido la voz representativa del PNV en la Cámara vasca, colaborando con líderes como Josu Jon Imaz, Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar, a pesar de que en ocasiones su enfoque ha divergido del tono oficial del partido.
El ‘delfín’ de Arzalluz
Con una oratoria clara y directa, su confianza y determinación al hablar en público pronto llamaron la atención de Xabier Arzalluz, quien en ese momento presidía el PNV. Este destacado líder del partido lo apoyó hasta que el joven dejó la formación. Arzalluz deseaba que fuera su sucesor una vez anunció su retirada de la vida política en 2003. Provenían de Azkoitia y Andoain, dos localidades cercanas. Su relación fue buena, y Arzalluz rápidamente lo promovió a la presidencia del PNV en Gipuzkoa con solo 28 años. Sin embargo, el plan para traspasar el liderazgo no resultó como esperaba. El que era visto como el ‘delfín’ se enfrentó a una nueva generación con deseos de transformación, incluyendo a figuras como Josu Jon Imaz, Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar. En la contienda por el liderazgo del EBB, Imaz lo superó por un voto, y Egibar no logró hacerse con la presidencia del partido. Desde entonces, no ha buscado ese puesto nuevamente. Se adaptó al PNV más moderado que Urkullu fue moldeando, caracterizado por un espíritu soberanista más tranquilo y pragmático, el cual ha continuado Ortuzar. Entre sus logros, destaca su período como alcalde de Lizartza entre 2003 y 2007.
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