Las iglesias hoy en día cuentan con muy pocos asistentes, tanto feligreses como parejas de novios. En el País Vasco, un lugar históricamente vinculado a misioneros y con una notable presencia de seminaristas, las ceremonias nupciales han ido disminuyendo, transformándose en una rareza en la vida cotidiana de estos templos.
Cada vez es menos común observar a los recién casados salir de una iglesia rodeados de arroz o pétalos. En la actualidad, los juzgados y ayuntamientos se han convertido en los nuevos lugares de celebración del matrimonio, con concejales y jueces desempeñando el papel de oficiantes.
Según las últimas estadísticas, sólo el 9,4% de los matrimonios en el País Vasco el año pasado fueron canónicos, lo que representa menos de uno de cada diez, a diferencia de hace diez años cuando el 23,9% de los enlaces eran por la Iglesia.
Los tiempos en que encontrar una fecha disponible en una iglesia o un restaurante era un desafío complicado han quedado atrás. Datos recientes del Instituto Vasco de Estadística (EUSTAT) indican que las parejas están eligiendo casarse a edades más avanzadas. En el caso de los hombres, la media ha alcanzado los 38,8 años, mientras que las mujeres se casan de media a los 36,8 años. Esto representa un incremento considerable en comparación con los años 90, cuando los hombres se casaban a los 30 y las mujeres a los 28.
Además, muchas de estas parejas se encuentran en segundas nupcias. Aproximadamente el 15% de los contrayentes son personas que ya han pasado por un divorcio previo.
Menos matrimonios.
Aunque presenciar una ceremonia nupcial en una iglesia se vuelve cada vez más raro, también es infrecuente verlas en juzgados o ayuntamientos. La tendencia en el País Vasco muestra que la cantidad de matrimonios ha ido disminuyendo. En 2005, hubo 10.275 bodas en la región, mientras que el año pasado solo se llevaron a cabo 7.264. Este descenso se ha moderado gracias a la creciente llegada de inmigrantes y a los matrimonios en los que al menos uno de los cónyuges proviene de otro país. El año pasado, 1.741 de los matrimonios, es decir, el 24,8% del total, contaron con un cónyuge extranjero, y en un 40% de las ocasiones, ambos novios eran de origen foráneo.
Durante la última década, el número de bodas ha mostrado una tendencia a la baja. Actualmente, la tasa de matrimonios por cada mil habitantes en Euskadi se sitúa en un 3%, inferior a la media nacional de 3,7% y aún más baja que la media de la Unión Europea, que es del 4,2%.
Este descenso no ha sido más pronunciado debido al ligero aumento en el número de matrimonios entre personas del mismo sexo. De las 7.264 bodas del año pasado, 242 correspondieron a parejas homosexuales, mientras que los enlaces heterosexuales disminuyeron en más de 500.
Entre las uniones homosexuales, las bodas entre mujeres constituyen el 56% del total en el País Vasco. En estos casos, los hombres tienen una edad promedio de 43,5 años, mientras que las mujeres alcanzan los 38,1 años.
En el País Vasco, junio y septiembre destacan como los meses más elegidos para celebrar matrimonios, al alcanzarse más de mil bodas en cada uno. En contraste, agosto ha visto una notable disminución, registrando solo 285 ceremonias, convirtiéndose en un mes que ya no atrae tantas uniones como en el pasado. De hecho, su demanda ahora se asemeja a la de enero y febrero. Además, de acuerdo a una encuesta de Eustat, se ha observado un notable cambio hacia el matrimonio civil, con los viernes en la cima del ranking de días para bodas, superando incluso los sábados.
El panorama en el País Vasco refleja una tendencia general en otras comunidades autónomas, como Cataluña y las Islas Baleares, donde la proporción de matrimonios religiosos se mantiene en aproximadamente uno de cada diez. Según las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística del año 2021, en Navarra, Asturias, Aragón y Castilla y León, la cifra de bodas religiosas asciende a cerca del 20%, mientras que en Andalucía y Extremadura alcanza alrededor del 30%.