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Venezuela pensó que los españoles aprehendidos pertenecían al CNI debido a las comunicaciones realizadas con los encargados de la seguridad

Hace casi un mes, el gobierno de Venezuela informó sobre la detención de dos ciudadanos españoles, acusándolos de ser espías involucrados en un plan para asesinar al presidente Nicolás Maduro y otras figuras importantes. Después de varios días de especulaciones y noticias, se ha revelado poco adicional sobre los detenidos.

Tanto el Ministerio de Defensa como el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) han afirmado desde un inicio que los bilbaínos, José María Basoa Valdovinos y Andrés Martínez Adasme, no pertenecen a agencias de inteligencia. Aseguran que esta creencia de que eran espías surgió debido a las llamadas realizadas para comprobar la información.

Estas comunicaciones eran, sin embargo, «rutinarias» en situaciones donde ciudadanos españoles son arrestados en el exterior por acusaciones serias. Desde España, las organizaciones clave vinculadas a inteligencia e información, junto con el Ministerio de Asuntos Exteriores, establecieron contacto con representantes locales. Estas interacciones con el responsable del Interior y Defensa en el país indujeron a la creencia de que los españoles eran espías. Además, información fue enviada al embajador venezolano en España. «Se equivocaron, en casos similares las comunicaciones son diferentes», afirmaron fuentes. Las familias de los detenidos reportaron su falta de noticias el 9 de septiembre, y el 14 de ese mes se supo en España de su supuesta relación con la inteligencia. Los familiares mantuvieron una buena relación con los medios en los días iniciales, compartiendo detalles sobre su actividad, el viaje efectuado y el momento en que perdieron contacto, reiterando que no pertenecían al CNI. Sin embargo, desde entonces, han reducido el flujo de información, posiblemente aconsejados por algunas entidades estatales para facilitar las gestiones diplomáticas que buscan su repatriación.

Venezuela revela identidades

A inicios de la semana pasada, José Manuel Albares, el ministro español de Asuntos Exteriores, comunicó que el Gobierno venezolano ha reconocido la identidad y los cargos en contra de dos ciudadanos españoles que se encuentran detenidos. El titular de la diplomacia española explicó que, hacia el final de la semana anterior, recibió la confirmación oficial sobre la detención y las acusaciones en contra de los dos vascos, tal como había solicitado previamente a su colega venezolano, Yván Gil.

Desde ese instante, según lo indicado por Albares, se está llevando a cabo «la protección diplomática y consular» de los bilbaínos, con el objetivo de que estos dos compatriotas, que están injustamente retenidos en Venezuela, puedan regresar a donde siempre debieron estar: junto a sus seres queridos.

Sobre la naturaleza de los cargos

Al ser cuestionado acerca de los cargos que enfrentan, el ministro de Exteriores optó por no responder, argumentando que su Ministerio debe «actuar con calma» y que los detenidos «también tienen derecho a su privacidad». Reiteró que los ciudadanos vascos «no están relacionados» con «ningún organismo público español, y mucho menos con el CNI». En este contexto, al enterarse de la situación, comunicó la información a las familias de los bilbaínos, así como al lehendakari, Imanol Pradales.

El pasado viernes, Albares mantuvo una reunión en Nueva York con el vicecanciller venezolano, Ránder Peña, donde exigió que España tuviera la posibilidad de acceder consularmente a los dos españoles detenidos y que se proporcionara información clara sobre los cargos en su contra.

El ministro de Asuntos Exteriores, y yo de manera particular, queremos dejar claro que haremos todo lo posible para que nuestros dos compatriotas retenidos injustamente en Venezuela regresen a casa con sus seres queridos. Albares subrayó que esta situación es completamente «inaceptable».

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