Este viernes, el Rey Felipe VI subrayó la profunda conexión que España mantiene con Iberoamérica, enfatizando que esta relación permite abordar con sinceridad las diferencias que puedan surgir, las cuales son comprensibles tras siglos de historia en común. Destacó la importancia de que estas conversaciones se lleven a cabo desde un ámbito de respeto y amistad.
El Rey describió a los iberoamericanos como una «unidad en la diversidad», resaltando que la cultura actúa como el cimiento de esa fraternidad y como el elemento que cohesiona nuestra identidad compartida. En el contexto actual, marcado por retos globales significativos que demandan un esfuerzo conjunto, Felipe VI consideró que es fundamental enfocar la relación en el presente para construir un futuro más prometedor y lleno de oportunidades.
Por ende, el monarca destacó que lo más importante es impulsar aquello que nos une, así como nuestras similitudes, con el objetivo de encontrar soluciones prácticas y equilibradas que beneficien a todos. Esta reflexión tuvo lugar en Trujillo, durante la apertura del ‘Encuentro de las Academias Hispanoamericanas de la Historia: Una historia compartida y sus Academias’, que congregó a representantes de diversas Academias de la Historia de países como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, entre otros.
La apertura de este evento, llevado a cabo por la Real Academia de la Historia junto con la Fundación Obra Pía de los Pizarro, ha contado con la participación de varias personalidades destacadas, como la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría; la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola; la directora de la Real Academia de la Historia, Carmen Iglesias; el presidente de la Fundación Obra Pía de los Pizarro, Hernando de Orellana Pizarro; y la alcaldesa de Trujillo, Inés Rubio, entre otros dignatarios presentes.
«Vínculos históricos y afectuosos»
Durante su discurso, Felipe VI ha recordado que en 2024 se conmemora diez años de su reinado, citando un pasaje de su alocución inicial que sigue siendo relevante hoy en día, donde mencionaba que «existe entre los países iberoamericanos una conexión a través de la historia y vínculos de afecto y hermandad muy profundos». También destacó los «lazos económicos en aumento y perspectivas cada vez más alineadas en relación a lo global». Asimismo, subrayó que «lo que realmente nos une es nuestra lengua y cultura compartida, un recurso de enorme valor que debemos fomentar con compromiso y generosidad», dijo el rey.
El monarca hizo referencia a la lengua, la historia compartida que ha dado lugar a avances en ciencia, urbanismo, literatura, artes y filosofía, así como a los «conflictos y desavenencias» que han surgido en el camino. También hizo hincapié en que «podría comentar sobre viajes, comercio y comunicación: sobre toda la cultura que ha circulado desde finales del siglo XV a través de las conexiones que unieron al mundo», compartió.
Este fin de semana, Trujillo y Madrid albergan un congreso de historiadores que, como ha señalado el Rey, representa un claro ejemplo de colaboración en el campo de las humanidades. Durante su intervención, Felipe VI dirigió unas palabras a los miembros de las Academias de la Historia, subrayando que su participación otorga un valioso sentido al evento, gracias a su dedicación científica. Destacó la importancia de un enfoque libre de sesgos que facilita el análisis y la interpretación desde distintos ángulos históricos. El monarca expresó su deseo de que este encuentro se traduzca en un espacio propicio para fomentar la convivencia, la fraternidad y el avance de esta valiosa disciplina.
Felipe VI también resaltó la profunda conexión entre Extremadura y Trujillo con el continente americano, afirmando que la celebración de la primera jornada en una ciudad tan rica en historia, como se evidencia en su arquitectura, tiene un significado especial. Mencionó, en particular, el palacio de los Barrantes-Cervantes, lugar del acontecimiento. Además, el Rey quiso rendir homenaje a la Fundación Obra Pía de los Pizarro por su labor en la facilitación de diálogos entre España y América, así como a la Real Academia de la Historia por su papel en la creación de un marco colaborativo con las Academias de América. Confiado, Felipe VI manifestó su esperanza de que surjan iniciativas conjuntas fundamentadas en el respeto mutuo y la diversidad.
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