Álvaro Romillo, el fundador del polémico «chiringuito» financiero Madeira Invest Club (MIC), ha presentado una denuncia ante la Fiscalía que incorpora grabaciones que revelan la naturaleza de su vínculo con el eurodiputado Alvise Pérez. En esta denuncia, se expone cómo Romillo proporcionó 100.000 euros en efectivo para apoyar la campaña electoral de Pérez.
Mientras que el líder del movimiento Se Acabó La Fiesta (SALF) buscaba financiación rápida y opaca, Romillo, al frente de un grupo inversor que ha colapsado de forma inesperada, tenía otros planes. No obstante, ambos compartían un objetivo común: desmantelar el sistema existente.
Lo que inicialmente parecía un acuerdo beneficioso terminó en un desastre.
En uno de los audios obtenidos por El Independiente, Romillo inicia la conversación con un cordial saludo: «Muy buenas señor, ¿cómo estás? Espero que todo te vaya bien. Sé que ahora estás entusiasmado con esto y deseo que consigas entrar en el Europarlamento. Mi fe en un cambio para España es nula, pero si alguien puede lograrlo, espero que seas tú.» Esta charla tuvo lugar el 22 de mayo, casi tres semanas antes de las elecciones al Parlamento Europeo. Pérez, que hasta ese momento tenía una imagen de influencer, menciona su necesidad de fondos para poner en marcha su proyecto político, señalando que las encuestas proyectan la posibilidad de obtener hasta dos escaños, lo que resulta alentador. «Si logro acceder, podríamos realizar eventos en el Parlamento para cabildear masivamente sobre las criptomonedas y la autonomía fiscal. Me encantaría», le comentó.
Romillo responde horas después con un audio de cinco minutos y diecisiete segundos, en el que detalla que es necesario establecer un acuerdo recíproco. «Mencionabas que necesitas alrededor de 300.000 euros para manejar esta situación de manera adecuada. He estado realizando algunas llamadas […]. Tengo contacto con muchas personas que comparten intereses conmigo, tienen recursos y están dispuestas a invertir. No obstante, estas personas tienen la misma confianza en el cambio que yo, que es nula. En consecuencia, consideran esto como una inversión», le comenta.
El objetivo no era político y no se trataba de influenciar o modificar políticas europeas. La solicitud era más simple y directa: que Alvise Pérez utilizara su plataforma, que cuenta con cientos de miles de seguidores, para promover las empresas de Romillo. Cuantas más personas se sumaran a la comunidad de Madeira Invest Club y del Sentinel —otra de las empresas bajo análisis, ubicada en Madrid y que operaba con numerosas cajas fuertes—, más beneficioso sería el negocio para todos.
«Claramente, ese beneficio a futuro no proviene de algo que tú vayas a realizar una vez que ocupes tu puesto, ya que realmente no les importará. Ellos lo relacionan con tu capacidad de comunicación, con el número de personas que alcanzas, y posiblemente ese alcance sí sea útil para algunos de los proyectos en los que están involucrados. Por ejemplo, el Sentinel. Más que una contribución desde una perspectiva política, lo perciben como una colaboración, donde se realiza una aportación y, a cambio, se generan una serie de interacciones con tu comunidad durante cierto tiempo, buscando que las personas utilicen los servicios del Sentinel», expresa Romillo.
En ningún momento se aclara a quién se dirige con ese «ellos», ni qué contactos realizó, ya que el anonimato es fundamental para todos los grupos que manejaba ‘Luis Cryptospain’. Los inversores que han presentado denuncias ante la Audiencia Nacional lo han hecho todos bajo un manto de anonimato y organizados en colectivos. Además, en otras grabaciones incluidas en el caso, se percibe a Romillo hablando sobre la creación de tarjetas de crédito poco transparentes, que supuestamente permitirían pagar en cualquier lugar del mundo sin ser identificado. «Esto va a revolucionar el mercado porque no hay nada igual en ningún sitio», afirmó. Es claro que, al momento en que Romillo se dispone a entregarle dinero en efectivo, hay individuos de su comunidad con acceso a capital que están de acuerdo con este intercambio.
«Considero que si manejamos este aporte de esta forma, no habría muchos inconvenientes. ¿Qué ocurre? Deberíamos evaluar el nivel de impacto que podríamos generar en tu comunidad y aunque no haya certezas, podemos estipular ‘durante dos meses voy a publicar esto, haré un vídeo, realizaré ciertas actividades’… Si esto te parece bien, creo que sería viable. Al fin y al cabo, es algo que beneficia a ambos y puede resultar exitoso», concluye.
Preferiblemente en efectivo
Ambos coinciden en que la mejor opción es realizarlo en efectivo. «¿Por qué? Porque si hacemos una transferencia vinculada a tu cuenta bancaria, estaremos bajo el radar, ya que tú estarás completamente expuesto, y eso no nos convendría», le solicita el propietario del Madeira Invest Club. Alvise responde en un mensaje: «En efectivo es indetectable, así es. De acuerdo. Confío en ti como custodio».
Tres días después, el 25 de mayo, el político le recuerda que solo quedan dos días para el inicio de la campaña electoral. En ese momento, Romillo decide crear los monederos digitales donde los seguidores podrán hacer sus contribuciones. «Es importante que sepan que estas wallets son abiertas, las transacciones son visibles y cualquiera con un poco de conocimiento puede acceder y ver cuánto tienes en tu wallet. Sin embargo, esto no significa que logren identificarte. Tampoco se sabrá quiénes son los que realizan las aportaciones», advierte Romillo, visiblemente preocupado por la posibilidad de ser reconocidos. Ese mismo día se lanza la iniciativa de criptomonedas para financiar a Alvise, aunque el progreso es lento y con solo 400 euros, la campaña queda muy limitada.
«Quizás parte de lo que hagamos juntos para promover vuestra empresa, podría incluir la creación de tutoriales sencillos para que muchas personas aprendan», expresa Pérez con frustración. El lunes, un día antes de que arranque la campaña, Romillo informa que ha dispuesto de 100.000 euros para que Alvise los recoja en la sede de Sentinel. Esa tarde, el europarlamentario responde: «Todo en orden! 100.000 gracias, Luis».
Estos acontecimientos han desencadenado dos ramificaciones legales hasta ahora. Por un lado, la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha dado su visto bueno para admitir la denuncia presentada por las personas afectadas. La identidad de los inversores, quienes habían dedicado grandes sumas a diversos productos como ha sido reportado, se encuentra en peligro. «Contamos con más de 3.000 personas totalmente rastreadas, tanto por teléfono como por correo electrónico», afirmó Romillo en uno de sus audios. Por otro lado, la Fiscalía del Tribunal Supremo también está revisando la denuncia que Romillo interpuso contra Alvise por financiación ilegal del partido.
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