El president de la Generalitat, Salvador Illa, ha sido considerado irrespetuoso por el partido Junts, liderado por Carles Puigdemont. Esta percepción surge porque Illa se ha reunido con todos sus predecesores, incluido Jordi Pujol, pero ha omitido llevar a cabo un encuentro con Puigdemont.
Además, Junts critica que haya priorizado un encuentro con la presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín, en lugar de reunirse con el presidente del Parlament, Josep Rull, quien es de su partido. La visita de Illa al Palacio de la Zarzuela para formalizar su presidencia ante el Rey Felipe VI también ha sido vista como un error por parte de los independentistas.
Debido a esto, Albert Batet, el líder de Junts en el Parlament, ha señalado que “Illa ha comenzado de forma negativa”. Batet sostiene que Junts siempre ha mantenido un gran respeto institucional hacia Illa, mencionando como ejemplo la llamada de Puigdemont a Illa el día de su investidura y la participación de sus diputados en la toma de posesión de Illa al concluir la votación. Por su parte, Puigdemont ha mostrado su descontento respecto a su papel político renovado, que ha sido crucial para la investidura de Pedro Sánchez y el desarrollo de la legislatura en España, y ha señalado la falta de gestos públicos tanto de Sánchez como de Illa. Estas observaciones de Batet se hicieron después de la segunda jornada del Grupo de Junts en Waterloo, donde Puigdemont inició las actividades con una intervención que reflejaba su desánimo.
Puigdemont criticó el reciente encuentro entre Sánchez y Salvador Illa con los líderes del Círculo de Economía, sugiriendo que no necesitaban recurrir a ellos para obtener un apoyo que podría referirse a la aprobación de los próximos presupuestos, según se rumorea. A continuación, enfatizó que si realmente desean algo, Sánchez e Illa deberían comunicarse directamente con su partido, sin recurrir a intermediarios. La reacción de Puigdemont se intensificó al observar cómo Illa avanzaba en su objetivo de consolidar su presencia en el centro político de Cataluña, apoyándose en fotografías con todos los expresidentes catalanes, excepto él. Illa ha presentado su serie de encuentros con estas figuras como una forma de demostrar “continuidad institucional” tras la crisis originada por el proceso independentista, comenzando su ronda con el socialista José Montilla. Posteriormente, se reunió en el Palau con Jordi Pujol, Artur Mas y Quim Torra, quienes pertenecen al mismo espacio político que Puigdemont lidera. Sin embargo, el Govern señala que este ciclo de reuniones no contempla a “políticos en activo”, excluyendo así a Puigdemont. Desde Junts critican a Illa por no reunirse con Puigdemont en su rol de líder de la oposición, pero ambos bandos pasan por alto el verdadero desencuentro: Illa se niega a viajar a Waterloo para encontrarse con Puigdemont, quien anhela obtener una imagen similar a las que lograron Torra y Pere Aragonès al asumir la presidencia de la Generalitat.
Desde la llamada de cortesía efectuada por Puigdemont durante su investidura, no ha habido más comunicaciones, presumiblemente en un momento en el que se encontraba huyendo de la operación de los Mossos que buscaban su detención. En este marco, la reunión entre Illa y Josep Antoni Duran Lleida ha desencadenado la ira del líder de Junts. Puigdemont comentó que el president «no tuvo un instante» el pasado lunes para rendir homenaje a los catalanes que fueron agredidos y violentados el 1 de octubre de 2017. Según Puigdemont, Illa no solo omitió recordar esa importante fecha, «sino que también recibió al secretario general de un partido que ya no existe».
La reciente transacción de SDLE marca un nuevo rumbo en el sector de defensa en España.
Un examen de la inestabilidad política y sus implicaciones para el futuro del país