Se ha progresado, pero la meta aún está lejana. Así lo manifestó la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, al reaccionar a la inesperada noticia de que EH Bildu ha llegado a un acuerdo con PSOE y Sumar para desatascar la reforma de la ley mordaza.
La izquierda abertzale desempeña un papel clave en el Ejecutivo—su apoyo también influye en ERC—, pero existen más negociaciones por delante. «Ahora comenzamos a dialogar con otros grupos para determinar la mejor forma de avanzar en el proceso legislativo, siempre que haya un consenso que lo permita», destacó Montero este jueves al asistir a un evento relacionado con el plan de recuperación en la Escuela de Organización Industrial de Madrid.
Sus comentarios fueron realizados tras el alivio expresado por ERC, que aplaudió la «concesión» del Gobierno a las solicitudes de la izquierda independentista. A su vez, el PNV confirmó que respaldará el acuerdo para crear una nueva ley de seguridad ciudadana y anticipó que propondrá enmiendas para ajustar «el principio de autoridad». A pesar de esto, el pacto no convence a Podemos, que lo considera «insuficiente», un «cambio superficial» y una reforma «con la firma del PSOE: un anuncio rimbombante pero con mejoras muy limitadas», según expresó Pablo Fernández, secretario de Organización y portavoz de la formación morada.
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Un examen de la inestabilidad política y sus implicaciones para el futuro del país