Carles Puigdemont gozará de la libertad para estructurar una nueva junta directiva a su estilo en el congreso programado por el partido Junts a finales de octubre – los días 25 y 26. El evento deja la expectativa de que Puigdemont regresará a la presidencia del partido, temporalmente ocupada por Laura Borràs.
Esta es una dirigencia que abandonó voluntariamente en 2022, pero retomó en 2023 tras la victoria de Junts en las elecciones generales que le permitió a Pedro Sánchez asumir el poder gracias a su mayoría en el Congreso. La propuesta organizativa desarrollada por la diputada Jeannine Abella establece nuevas reglas para la selección del directorio del partido.
Entre ellas, la introducción de listas «fijas y cerradas» para votación en grupo y con cargos determinados por la cúpula del partido, y la supresión del antiguo requisito de seis meses de afiliación al partido para acceder a un cargo dentro de éste. Cualquier miembro de Junts puede presentarse a liderar el partido, aunque no pueda votar, ya que el registro de miembros con derecho a voto cerró el 25 de agosto. Este es un intento de «expandir el partido», según indicaciones de Junts, para posicionarlo como un baluarte central del independentismo. Las reformas serán votadas por los miembros el sábado 26 de octubre. A continuación, se abrirá el período de presentación de candidaturas hasta el domingo, cuando todos los miembros sean los encargados de aprobar la candidatura ganadora, en caso de haber más de una. No serán necesarios los avales previos, ya que «el aval es el voto de los miembros» explican en Junts. Además, se eliminarán las votaciones nominales que, hace dos años, revelaron la falta de respaldo a algunos de los líderes sugeridos por Borràs, como Aurora Madaula o el propuesto secretario de organización, David Torrens, que requería una segunda ronda de votación para conseguir los votos requeridos.
En el conclave de Argelers (Francia), se alcanzó un acuerdo de última hora entre los dos grupos en conflicto dentro del partido político. Cabe destacar que uno de ellos era dirigido por Borràs y el otro por Jordi Turull. Sin embargo, los miembros del partido dieron un duro castigo a los respaldados por Borràs, resultando en que Turull emergió como el candidato más apoyado con 1.854 votos. En contraposición, Anna Erra, la presidenta del Parlament, obtuvo el tercer puesto con 1.791 votos. Torrents solo logró recibir 918 votos, lo cual estuvo por debajo del mínimo requerido para asumir el cargo al que se postulaba.
En octubre, los miembros del partido votarán una lista encabezada presumiblemente por Puigdemont, con la inclusión de cuatro vicepresidentes, un secretario general que probablemente seguirá siendo Turull, y un máximo de 25 vocales con roles específicos, según fuentes de Junts. Los afiliados también seleccionarán a los integrantes del Consell Nacional, un organismo que ganará más relevancia como responsable de validar las decisiones del partido en áreas de representación institucional.
Este organismo será el encargado de garantizar los posibles acuerdos para, por ejemplo, aprobar los presupuestos generales o cualquier pacto que se pueda negociar con el gobierno de Pedro Sánchez. El partido enfatiza que estos acuerdos sólo se realizarán dentro del acuerdo de Bruselas, mediante el cual Junts se comprometió a respaldar la investidura de Pedro Sánchez.
La consulta a los miembros del partido, que inicialmente era defendida por la directiva liderada por Borrás, sólo será necesaria en caso de acuerdos de coalición, como decidir unirse al gobierno de Pere Aragonès y la eventual salida del mismo. En el congreso no se aclarará el papel del líder de la oposición.
La figura del líder de la oposición en Cataluña fue instaurada durante el tripartito de Pasqual Maragall. Este puesto, con ciertos privilegios protocolarios, recibe una remuneración específica y se le asignan recursos humanos y materiales, sujetos a la aprobación del Parlament en los presupuestos anuales. Como segundo grupo más numeroso en el Parlament, Junts, que cuenta con 35 diputados, debería cubrir dicho lugar. Sin embargo, tras la segunda huida de Puigdemont a Bélgica, el puesto permanece vacante. Además, todavía está por definir quién tomará el mando del grupo parlamentario, mientras Albert Batet, su líder en la última legislatura, continúa como portavoz. Durante la campaña electoral, Puigdemont afirmó que si no retomaba la presidencia de la Generalitat, se retiraría de la política activa, ya que no encontraba factible ser el líder de la oposición tras haber liderado el gobierno autónomo. No obstante, Puigdemont no está dispuesto a dejar su poder en el partido ni en las instituciones, a la vez que insiste en la aplicación de la Ley de Amnistía. Por esto, es muy probable que ambos puestos, el de líder de la oposición y el de presidente del grupo, permanezcan vacíos por ahora, según indican fuentes de Junts.
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