Emiliano García-Page no enfrentará a ningún contrincante interno, ni patrocinado por la dirección federal, en el próximo congreso del PSOE en Castilla-La Mancha, que se celebrará en tres meses y medio. Aunque sus desacuerdos con la cúpula del partido siguen presentes, esta última prefiere proteger a García-Page por ser presidente autonómico.
Entienden que es necesario resguardar a aquellos que tienen esa posición para evitar la posible caída de sus gobiernos, algo que la organización socialista no está dispuesta a arriesgar.
Los preparativos para el 41º Congreso Federal del PSOE, a celebrarse en Sevilla los días 29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre, ya están en curso.
Santos Cerdán, Secretario de Organización, había solicitado a los líderes regionales el 16 de septiembre pasado que se enfocaran en el proceso federal y no en los congresos autonómicos, ya que no se celebrarán inmediatamente después del evento en Sevilla. Estos comenzarán a partir de enero, después de Reyes, y probablemente hasta marzo. Por lo tanto, no habrá ningún evento programado para diciembre, antes de Navidad. En estos días, Ferraz está en conversaciones con los territorios para planificar los congresos regionales de manera que estos no coincidan. La intención es celebrar dos o tres cada fin de semana para maximizar la atención mediática y, además, Sánchez y su equipo estarán presentes para dar inicio o clausurar cada uno de ellos.
El encuentro regional se llevará a cabo los días 18 y 19 de enero de 2025, una fecha que ha sido consensuada por ambas direcciones. Desde Ferraz, se indica que el acuerdo se ha realizado en las mismas condiciones que con las demás federaciones, todas han sido tratadas de igual forma.
Ya se ha establecido la agenda para Castilla-La Mancha: los días 18 y 19 de enero de 2025, en Toledo. Esta fecha ha sido acordada por la dirección de García-Page y Ferraz, demostrando a pesar del constante enfrentamiento del líder regional con Sánchez, que sigue habiendo diálogo. Algunos conflictos han surgido debido a decisiones como la ley de amnistía, que fue apelada ante el Tribunal Constitucional por el Gobierno de Castilla-La Mancha, al igual que lo hicieron los miembros del PP, o la «financiación especial» para Cataluña.
En la sede de los socialistas, algunos miembros del ejecutivo han notado que las relaciones con Castilla-La Mancha han mejorado considerablemente en las últimas semanas. Esto es algo en lo que también concuerdan desde el otro lado. «La relación con Santi [Cerdán] siempre ha sido buena, a pesar de los momentos más difíciles, y en estos momentos estamos en una buena etapa. Estamos haciendo un esfuerzo conjunto para mejorar nuestro nivel de comunicación y entendimiento», comentan desde el círculo cercano a Page.
En la estructura federal, existe una tendencia a la prudencia. Se menciona que las fechas del congreso de Castilla-La Mancha se han establecido de manera similar a las de otras federaciones, pero admiten que aún se mantiene el diálogo, especialmente con el secretario de Organización de Page, Sergio Gutiérrez, quien también es diputado en el Congreso. «Siempre hemos tenido una buena relación con Sergio», comentan. «Brindamos el mismo trato a todas las federaciones, ni superior ni inferior», aseguran desde Ferraz. «Si desde Castilla-La Mancha se está trabajando para mostrar una buena relación con nosotros, es porque posiblemente temen algo, ya que ahora es el momento de acción para la militancia y la militancia puede revolverse».
Contrastiando con estos detalles, la realidad es que no se percibe, por el momento, una lucha interna por el control del partido en Castilla-La Mancha, el quinto territorio socialista con más militantes, después de Andalucía, la Comunidad Valenciana, Madrid y el PSC. Esto favorece un clima más relajado.
Porque es evidente para Ferraz, a menos que cambie de idea, que no debe apoyar a ningún candidato contra Page. Cuando se inicie el proceso regional, cualquier militante que consiga la aprobación del 6% del censo podría presentarse, pero no tendría el respaldo del federal, según afirman tanto en el cuartel general del PSOE como los líderes cercanos a Sánchez en la federación.
No es por falta de entusiasmo. Sin embargo, existe una especie de acuerdo no formalizado. Emiliano es el líder y se le brinda el respeto debido. La reflexión es clara: es imperativo no perjudicar al partido. Si se abierto el partido, se confirmaría una pérdida en las futuras votaciones. Está claro que Ferraz no introducirá otros candidatos porque podría asegurar un fracaso en las próximas elecciones provinciales. Como presidente, se nos pide que tengamos paciencia. Somos exactamente opuestos a lo que él está haciendo y creemos que es fundamental proteger al partido en todo momento”, indica un alto funcionario de Castilla-La Mancha en sintonía con Ferraz. No ha pasado inadvertido en el partido que la reunión regional que se convocó para el congreso el pasado 21 de septiembre transcurrió de manera tranquila y Page «redujo la velocidad», y que días más tarde tuvo una reunión amistosa en Toledo con la ministra de Ciencia y líder del PSPV, Diana Morant.
En resumen, «nadie» competirá contra Page, «nadie oficialmente», «a menos que alguien decida hacerlo por sí mismo». Por lo tanto, Sánchez respeta una costumbre arraigada en el PSOE de proteger a sus presidentes y alcaldes provinciales. No siempre fue así. Y su archivo histórico también le contradice. En 2017, al finalizar el 39º Congreso Federal que finalmente lo consagró después de una cruenta batalla de primarias contra Susana Díaz, Sánchez sí apoyó a los candidatos alternativos en federaciones que contaban con un presidente autónomo socialista: Rafa García frente a Ximo Puig en la Comunidad Valenciana y Carmen Dueso frente a Javier Lambán en Aragón. Sin embargo, en Castilla-La Mancha no apoyó al oponente de García-Page, José Luis Blanco, quien fue alcalde de Azuqueca de Henares hasta marzo pasado, y el regional arrasó con un 70,75%.
La seguridad dispensada a los presidentes autónomos llega, lógicamente, a los dos restantes pertenecientes a su partido, Adrián Barbón de Asturias y María Chivite de Navarra. Ambos mantienen su lealtad a Ferraz y no son objeto de cuestionamiento, sin embargo, en agosto del año pasado la dirección federal se vio forzada a interrumpir los planes internos en el Principado que intentaban desestabilizar a Barbón. En Aragón, otra zona crítica, la dirección federal aspira a la reconquista y se anticipa una fuerte competencia entre un candidato que apoya más a Sánchez —todos ponen sus ojos en Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz del Gobierno— y otro cercano al actual barón regional y ex presidente autónomo, Javier Lambán.
Milagros Tolón, representante del Gobierno en la región y ex alcaldesa de Toledo, desistió de competir con Page: «Nunca he considerado nada a nivel regional»
«No notamos un deseo de confrontación en Ferraz. Nos han comunicado que no impulsarán a ningún candidato. Y tampoco vemos movimientos en Ferraz o entre las bases», expresan desde la dirección autonómica. El pasado lunes, Milagros Tolón, representante del Gobierno en Castilla-La Mancha, ex alcaldesa de Toledo y presidenta del comité federal del PSOE, negó rotundamente su posible participación en la carrera: «Nunca me he planteado algo a nivel regional. No he pensado en ser la candidata de nadie». Otra opción fuerte que Sánchez hubiera podido considerar es Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda y anterior portavoz del Gobierno, sin embargo, ella también ha afirmado que no competirá contra Page.
Realmente, ninguno de los dos bandos se beneficiaría de una batalla en las primarias. El líder de la Junta ejerce un control sólido sobre las estructuras del partido, lo que hubiera dificultado enormemente a Ferraz triunfar. Suponiendo que un candidato impuesto desde Madrid fuera visto como una confrontación directa entre Sánchez y Page, los resultados podrían haber sido tóxicos, independientemente del ganador. Un éxito para el presidente del Gobierno habría dañado significativamente al jefe de la Junta y habría socavado su fuerza para las siguientes elecciones autonómicas. Por otro lado, un triunfo para Page habría supuesto un duro golpe para Sánchez. «Llevar la lucha federal al territorio local no es provechoso para nadie. Castilla-La Mancha es una región con una fuerte inclinación conservadora. Y la relación con Ferraz está en buen estado actualmente, avanzando de manera adecuada», señalan en el aparato regional, donde también están de acuerdo en que la Junta, que el PSOE ha encabezado de forma continua desde 1983, con la excepción del período de 2011-2015, cuando María Dolores de Cospedal del PP tomó el relevo, debe ser el bien que se debe proteger.
Este viernes, Page se reunirá con Sánchez en la Moncloa como parte de un ciclo de encuentros con presidentes de comunidades autónomas. Planea asistir con «espíritu constructivo».
El viernes 4 de octubre, Sánchez recibirá en la Moncloa a Page, el líder de la Junta, como parte de su serie de reuniones con todos los gobernadores regionales. Page tiene la intención de mantener un diálogo «abierto y constructivo, pero no hostil» con el primer ministro. Obviamente, el foco de las conversaciones, como ha sido en las dos reuniones previas en las que Sánchez se ha reunido con el lehendakari, los gobernadores de los partidos populares de Galicia, Andalucía, Cantabria y La Rioja, y con el socialista Barbón, será la reforma de la financiación regional. Sin embargo, Page también llevará una serie de demandas para su comunidad. Los equipos de ambos líderes se están preparando para el encuentro con normalidad, según confirmaron fuentes de la Moncloa.
Page anteriormente describió el acuerdo entre el PSC y ERC como un «cupón independentista», generándole «grandes preocupaciones». También manifestó su oposición en privado durante el comité federal del 7 de septiembre pasado, donde Lambán lo calificó como «inconstitucional». A finales de julio, cuando se anunció el pacto PSC-ERC y Page lo criticó públicamente, el líder socialista no escondió su descontento, y afirmó: «Las noticias serían si hiciera una conferencia de prensa apoyando al gobierno».
Durante las últimas semanas, Sánchez no ha especificado cómo se implementará el «financiamiento único» para Cataluña. Comunicó a Barbón, otro líder regional cauteloso con el pacto que hizo presidente a Salvador Illa, y a otros presidentes, que el nuevo mecanismo proporcionará más fondos a todas las regiones, buscando un makeover que no deje a ninguna zona desfavorecida. También aseguró que se está avanzando hacia una «federación» del Estado. Sin embargo, el gobierno ha estado moderando las expectativas respecto a lo que ERC denomina «concierto económico solidario». El viernes pasado, la vicepresidenta y ministra de Finanzas, María Jesús Montero, restringió la transferencia de impuestos a Cataluña al impuesto sobre la renta, el único con un cronograma claro en el acuerdo.
La ponencia marco puede generar conflictos dentro del PSOE, específicamente en lo concerniente a la financiación. La dirección federal tiene la intención de trabajar este tema con las regiones para evitar que se convierta en un punto de irreconciliable disputa en el 41° Congreso, pero aún es pronto para prever cómo terminará. El equipo de redacción, encabezado por Cristina Narbona, Idoia Mendia y Manu Escudero, todavía está elaborando el borrador, que no estará listo para ser compartido con todo el partido hasta el 25 de octubre. Si no se llega a un texto consensuado antes de la asamblea, el debate será generalizado. En la sede central y en algunas federaciones consultadas, se prevé que es posible llegar a «un buen texto» que satisfaga a todos, desde el PSC hasta Castilla-La Mancha. Sin embargo, encontrar ese punto medio no será fácil.
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