La táctica ya se puso en marcha hace un tiempo mediante lo que Génova llamó las «leyes de Feijóo». A pesar de que no se implementaban todas -porque las decisiones del Congreso son diferentes-, habían servido al dirigente del Partido Popular para demostrar que tiene un proyecto político completo además de sus cuestionamientos sobre la amnistía, el cupo catalán y los colaboradores de Pedro Sánchez.
Han lanzado un total de 14 iniciativas hasta ahora, que incluyen propuestas para reformar la Ley de Defensa Nacional y la ley de Costas, entre otras medidas relacionadas con los afectados por la talidomida, la expansión de la prisión literaria permanente y otras propuestas más.
Llevando esta táctica un paso más allá, los líderes del Partido Popular han decidido centrarse en propuestas de carácter social para abordar las preocupaciones de los ciudadanos reflejadas en varios estudios internos. Propuestas como mejorar la vivienda, la educación infantil para niños de 0 a 3 años, extender las licencias de maternidad y paternidad, nuevas deducciones por hijo y flexibilizar la jornada laboral, responden a estas inquietudes, especialmente entre los jóvenes que tienen dificultades para construir un futuro para ellos o sus familias. «En estos tiempos, la paternidad es un lujo que solo se pueden permitir los ricos», comenta la gente de Génova al presentar un conjunto de propuestas que podrían resultar atractivas para el PNV y su intermitente socio, Carles Puigdemont.
En el Partido Popular (PP) son conscientes de lo improbable que resulta conseguir una mayoría alternativa para triunfar en una moción de censura – lo que Ester Muñoz, una destacada líder del partido, ha tildado como «una quimera» en una conversación con este medio. Sin embargo, mantienen la esperanza de obtener ventaja política a través de la exposición de la gran debilidad parlamentaria del líder del Gobierno. A pesar de la presión de los nacionalistas e independentistas, no llegan a ser asfixiantes, y Feijóo se prepara para un viaje resonablemente largo por la oposición, un camino desafiante y desgastante. La idea de abandonar la constante referencia a Cataluña ha sido bien recibida por varios líderes regionales del PP, quienes sienten que la obsesión con este tema ha conllevado graves repercusiones en otras regiones y en la financiación autonómica. «Es útil discutir sobre otros aspectos, incluir nuevas cuestiones en la agenda política», argumenta uno de los presidentes regionales un tanto reacios a movilizar a la población de nuevo por temas como la soberanía fiscal de Cataluña. La posición del liderazgo nacional del partido coincide. Es por eso que el Presidente Nacional del PP aprovechó su visita reciente a Cataluña, junto a Alberto Fernández, para dialogar con la Federación Catalana de Familias Numerosas (Fanoc) y proponer aumentar las bonificaciones fiscales por cada hijo – a 1.800 euros, un 50% por ciento más que en la actualidad, como parte de la nueva estrategia del partido. Este cambio además implica una ruptura significativa con las anteriores posturas adoptadas por otras administraciones del partido popular.
En el inicio de su presidencia en Madrid, Feijóo y su equipo recordaron su aceptación a la actual ley del aborto que su partido impugnó en su momento ante el Tribunal Constitucional, con las firmas de Mariano Rajoy y de Soraya Sáenz de Santamaría como representantes. Actualmente, al PP se le critica por haber llevado en 2019 la extensión de licencias de paternidad ante el tribunal de garantías constitucionales, alegando que no era un asunto urgente. Más tarde, el TC rechazó este recurso, pero Feijóo demostró su entusiasmo por la medida. Los informantes descartan que esto sucediera en la época de Pablo Casado.
En su momento como presidente de la Xunta gallega, Feijóo siempre fue considerado parte del grupo ‘moderno’ del PP, compartiendo esta reputación con Cristina Cifuentes, ex presidenta de la Comunidad de Madrid. Ambos se oponían al ala más conservadora del partido, conocida como el «Concilio de Trento». Feijóo nunca mostró incomodidad con temas como el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto o la regulación de la gestación subrogada.
La próxima semana, el líder de la oposición y su equipo presentarán en el Congreso de los Diputados una Ley de Conciliación, la cual refieren como «la más ambiciosa de la democracia». Esta, junto con otras leyes como la de Dependencia, tiene como objetivo completar el Estado de Bienestar. Sin embargo, el PP tiende a evitar involucrarse activamente en debates sobre la reducción de la jornada laboral.
En contraposición con el Gobierno, que propugna una reducción de la jornada laboral de 40 horas semanales, representantes como Isabel Díaz Ayuso, la presidente de la Comunidad de Madrid, no se muestran partidarios de tal medida, pero sí de aplicar regulaciones de «flexibilidad» reconocidas por el derecho español y de la Unión Europea, en sintonía con lo planteado por la CEOE y Cepyme. Sin embargo, no renuncian a abogar, quizás irónicamente para voces más conservadoras, que «tener hijos es un privilegio de quienes disponen de recursos económicos», tal y como lo expresa Esperanza Aguirre Génova, quien rechaza adherirse a esa postura. Respondiendo a Aguirre, líderes del Partido Popular insisten en que «la familia y la conciliación laboral han sido siempre principios de la derecha, nunca de la izquierda», como remarca Ester Muñoz. También se destaca la creciente presencia femenina y renovación generacional en la dirección del partido, con figuras como Ana Alós, Paloma Martín, Noelia Núñez y Alicia García, que se unen a las más experimentadas Cuca Gamarra, Carmen Fúnez y Dolors Monserrat, como líderes destacadas del equipo de Feijóo. Esta es, sin duda, toda una nueva historia que se está escribiendo en el partido.