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En medio de la intensa crisis de solicitantes de asilo saharauis en Barajas, Sánchez demuestra en Nueva York su completa unión con Marruecos

Durante su asistencia a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, el líder del gobierno español, Pedro Sánchez, ha expresado su total apoyo a Marruecos, una posición que ha adoptado desde su cambio histórico en la disputa sobre el Sáhara Occidental.

Todo esto sucede en medio de una crisis en el aeropuerto de Barajas con solicitantes de refugio saharauis a quienes el ministro de interior, Fernando Grande-Marlaska, ve como «marroquíes». María Jesús Montero, la vicepresidenta primera, señaló en el Congreso de los Diputados que está al margen en un asunto que la pone en conflicto con Sumar y Podemos.

En su papel de líder de la Internacional Socialista, Sánchez presidió el presídium de la organización en Nueva York en miércoles. Líderes de la Unión Socialista de Fuerzas Populares, el partido marroquí que forma parte de la Internacional, compartieron fotos del evento destacando su cercanía con el líder español. En febrero pasado, el partido marroquí mostró su fortaleza en una reunión de la Internacional Socialista en Madrid.

Machij el Karkri, miembro del buró político de la Unión Socialista de Fuerzas Populares, admitió a El Independiente que «nuestro partido siempre ha tenido representación en la Internacional Socialista, pero nunca con tanto peso». Este partido es miembro completo de la Internacional Socialista, una organización que cuenta con 132 partidos políticos. Desde principios de año, la delegación marroquí tiene hasta tres representantes en la estructura de la organización.

La Unión Socialista de Fuerzas Populares, que está en la oposición en Marruecos, cumple una función esencial en la validación del establecimiento alawita al respaldar la autocracia de Mohamed VI y sus pilares, como la ocupación del Sáhara, que es el último territorio por descolonizar en África.

Hasta ahora, la agrupación gobernante de la República Árabe Saharaui Democrática en los refugios de Tinduf (Argelia), conocida como el Frente Polisario, era miembro consultivo de la Internacional Socialista. Sin embargo, en la reunión de febrero se rompió la tradición y no fueron convocados. Los socialistas marroquíes buscan reducir la influencia del Polisario y promover la adhesión de un grupo rival, el Movimiento Saharaui por la Paz (MSP), a la Internacional. Fundado en abril de 2020 por un veterano del Polisario, Hach Ahmed Bericalla, el MSP no tiene una base sólida, pues el Polisario ha dominado la política saharaui desde 1973. El MSP ha organizado eventos con la participación de prominentes miembros del PSOE como José Luís Rodríguez Zapatero y José Bono. Según el PSOE, el Presidium debatió tres problemáticas fundamentales que reflejan las inquietudes comunes del progresismo internacional: las amenazas existenciales a la humanidad; la reforma del anticuado sistema de gobernabilidad mundial; y la construcción de un consenso para un Pacto por el Futuro. Durante sus intervenciones en Nueva York, tanto el presidente Pedro Sánchez como el ministro de Asuntos Exteriores José Manuel Albares, han destacado la coherencia de su política exterior, citando su postura en Ucrania y Palestina como ejemplos y no mencionando el conflicto del Sáhara Occidental, en el que España tiene una responsabilidad significativa como antigua potencia colonial. «Los conflictos actuales nos obligan a actuar basándonos en tres principios: la coherencia, la reforma y la responsabilidad».

Sánchez ha hecho hincapié en la coherencia en la aplicación del derecho internacional desde Nueva York, condenando cualquier infracción sin importar dónde ocurrió. En conversación con Christiane Amanpour de la CNN unas horas antes, hizo hincapié en que los países occidentales deben evitar parecer hipócritas en relación con el conflicto en la Franja de Gaza que se ha extendido al Líbano. «Seguimos la ley internacional tanto en Ucrania como en Gaza», declaró. Al finalizar la Asamblea General, reafirmó el valor de la coherencia, lo que le llevó a defender los mismos valores en todas partes: la paz, los derechos humanos y un orden internacional basado en reglas.

El martes, en Nueva York, Sánchez se reunió con el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch. Ambos acordaron la necesidad de cooperación entre sus países para promover una inmigración segura y controlada. Esta reunión ocurrió una semana después de un intento de entrada masiva a Ceuta que culminó con una afluencia de la policía marroquí en Fnideq (Castillejos), lo que resultó en críticas de organizaciones de derechos humanos debido a denuncias de abusos y detenciones de menores de edad.

Las recientes interacciones de Sánchez con el líder marroquí y los socialistas del país coinciden con la crisis en el aeropuerto de Barajas debido a las denegaciones del Interior a unos 40 solicitantes saharauis de asilo, cuyo origen es el Sáhara Occidental. Este territorio ha estado bajo la ocupación de Marruecos desde 1976 en violación del derecho internacional. Según la ONU, la ex provincia española es todavía una colonia por liberar.

Grande-Marlaska enfatiza que los solicitantes son «de origen marroquí», según describió a periodistas mediante un documento informativo distribuido por su departamento, donde además discute la denominación de deportaciones. Su aliado político, Sumar, y la formación política Podemos, son quienes emplean ese término. Legisladores de estas dos formaciones intentaron recientemente ingresar a la sala de admitidos de la terminal 1 del aeropuerto de Barajas, siendo rechazados por la Policía Nacional. Ione Belarra, quien funge como líder de Podemos, interrogó sobre la cuestión a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, en la sesión de control gubernamental del Congreso de los Diputados, teniendo como respuesta la supuesta ignorancia de Montero respecto al asunto, pese a que los solicitantes, incluyendo mujeres y niños, iniciaron una huelga de hambre la semana pasada. «Esta es una derrota más para ustedes en este Parlamento. Nos negaron nuestro derecho democrático de vigilancia al Gobierno al evitar nuestro ingreso a la sala de admitidos del aeropuerto de Barajas», denunció Belarra. En la sala hay una niña de 18 meses y una persona sorda con cáncer que, según Belarra, no están recibiendo la asistencia médica necesaria. Irene Montero, miembro de Podemos en el Parlamento Europeo, presentó el día de hoy una pregunta a la Comisión acerca del estado de los activistas saharauis detenidos en la sala de asilo del aeropuerto de Barajas. «Cuarenta saharauis están detenidos en la sala de asilo del aeropuerto de Barajas tras solicitar asilo, argumentando amenazas a sus vidas si son devueltos a Marruecos», destacó.

Veintinueve de estos individuos están actualmente en huelga de hambre. Están siendo perseguidos en los territorios del Sahara Occidental ocupados, donde España tiene responsabilidades históricas y legales como potencia administrativa, de acuerdo con la ley internacional. Puede que sus detenciones prolongadas estén infringiendo la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, que incluye el derecho a la dignidad, libertad, seguridad y el derecho a pedir asilo. También podrían estar violando el principio de no expulsión, que prohíbe mandar a gente de vuelta a países donde podrían ser torturados o ser tratados de forma inhumana, según un texto firmado también por Isabel Serra. En opinión de ambas, «esta detención podría estar yendo en contra de las Directivas sobre condiciones de acogida para los solicitantes de protección internacional y sobre asilo.» «Ante estos hechos, preguntamos a la Comisión: ¿Qué acciones urgentes tomará para asegurar que España sigue la normativa europea sobre asilo y el principio de no expulsión? ¿Qué medidas planea tomar para proteger a los saharauis solicitantes de asilo, considerando la ocupación del Sahara Occidental y las infracciones de derechos humanos que ocurren allí?» El martes, los eurodiputados de Sumar advirtieron a Grande-Marlaska que podría estar violando la ley internacional si seguía con las deportaciones.

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