Iluass Maayouf, un joven de 19 años, ha estado en el aeropuerto de Barajas, en la sala destinada a los no admitidos, desde el 7 de septiembre. Él es uno de los 40 saharauis que llevan allí, de los cuales algunos posiblemente serán deportados a Marrakech esta noche, según lo anunciado por el Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Según fuentes de su equipo legal citadas por El Independiente, esto marcaría la primera de esas deportaciones.
El Gobierno argumenta que Maayouf y otros saharauis no poseen un perfil político que avale la necesidad de protección internacional. Contrario a las sugerencias del Defensor del Pueblo, a Maayouf se le asignó un intérprete marroquí durante el proceso de solicitud de asilo.
El joven alegó que la policía de Marruecos se había presentado en su casa en los territorios ocupados del Sáhara Occidental buscando su paradero y que se le busca por «una condena». Según Maayouf, él está acusado de dibujar banderas del Sáhara e incitar a sus compañeros de escuela a hacerlo. Si no se presenta ante las autoridades, la sentencia podría aumentar, aunque desconoce la duración de la potencial pena de prisión.
Cabe mencionar que uno de sus hermanos reside en Francia después de haber solicitado asilo político debido a su activismo en los territorios anteriormente colonizados por España y ocupados por Marruecos desde 1976.
Esta situación podría implicar una posible violación al derecho internacional, al principio de no devolución, a la Carta de Derechos Fundamentales de la UE y al derecho de acceso al asilo, incluyendo la Directiva 2013/32/UE, la cual establece los procedimientos comunes para la concesión o la retirada de protección internacional.
Los miembros parlamentarios de Sumar han emitido una alerta mediante una carta enviada este martes a Fernando Grande-Marlaska, el ministro del Interior, sobre la potencial situación de unos 40 activistas saharauis ubicados en Barajas. Estos individuos corren el riesgo de ser deportados en masa a Marruecos.
